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Rodríguez Larreta: “La relación de Mauricio y el Papa siempre fue muy buena”

El jefe de Gobierno porteño se refirió al hecho de que el Sumo Pontífice no haya visitado aún la Argentina.

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El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entrevistado por Jorge Fontevecchia. | Facundo Iglesias

#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro.

—Otra de las críticas de Carrió es al Papa Francisco. Tengo entendido que su mujer, Bárbara Diez, es muy devota y fue después de una bendición de Francisco que su mujer logró quedar embarazada de Serena, que ya cumplió un año y medio. 

—Sí, mi mujer es muy devota y yo soy muy creyente también. Lo de Serena el médico lo definió como un milagro. Ella no podía quedar embarazada, desde el punto de vista médico no había nada que hacer, nos habían dicho “Olvídense, no hay ninguna posibilidad”. Hace 12 años habíamos perdido un embarazo a los dos o tres años que nació Paloma, que hoy tiene 15 y el médico dijo que era imposible que volviera a quedar embarazada. Cada tanto volvíamos a preguntar y repetía: “No, olvídense”. Además, cada año que pasaba era más difícil. Yo conocía bastante a Bergoglio de sus tiempos como cardenal de Buenos Aires, estando yo en el gobierno de la ciudad. Ya como Papa, lo fuimos a ver, en esos encuentros grandes que hace en la plaza los miércoles. Pasamos a saludarlo y Bárbara le pidió si podía rezar para que ella pudiera quedar embarazada. Francisco dijo: “No, vamos a rezar los tres”. Nunca me voy a olvidar, nos juntó la cabeza así, muy juntos y rezamos con él. A los cuatro o cinco meses, una noche, me llama Bárbara y me dice: “Horacio, ¿no me comprás un Evatest?”. Le dije: “No, dejate de hinchar, es imposible, no nos ilusionemos”. Ella insistió: “Es que me siento embarazada”. Esa primera noche no se lo compré, pero dos días después ella fue pasó por la farmacia y le dio positivo. Yo seguía escéptico y le dije que no se ilusionara, que ya nos habían dicho muchas veces que era imposible. Fue al médico con Manuela, nuestra hija más grande que tiene 21, y cuando llegaron al consultorio le dijo a Manuela: “Dale, ponete en la camilla”, pensando que era ella. La revisó y le advirtió: “Sí, estás embarazada pero la probabilidad que el embarazo evolucione es bajísima, esto es un milagro pero no creo que pueda evolucionar”. El médico usó esa palabra “milagro. Semana tras semana, íbamos al consultorio y el fin de la historia está en casa ahora, jugando. Serena de Serena tiene solo el nombre, pero es una bendición que nos llegó. Un milagro. 

 —Después de esos contactos con Francisco cuando era el cardenal Bergoglio, ¿Qué impresión tiene respecto de la distancia que marca con el gobierno? Porque lo que se percibe, el mensaje que le llega a la sociedad es que el Papa no tiene la mejor relación que se podría tener con este gobierno. 

—No niego que algunos, pocos o muchos, pueden tener esa percepción. Nosotros teníamos, y digo nosotros por Mauricio también, teníamos una excelente relación con él cuando era cardenal de Buenos Aires. De hecho, había bastante relación de trabajo. La participación de la Iglesia en la educación es muy fuerte; la participación de los curas villeros, más allá de su rol religioso, marcaban un presencia social muy fuerte que genera un intercambio fluido, lo que hoy tenemos con el cardenal Poli, por cierto. La relación siempre fue muy buena. No niego la percepción de esa distancia, pero siento que eso se ha ido diluyendo. El último encuentro fue súper ameno. 

—Pero no viene a la Argentina. 

—No. Pero no le daría una connotación política a eso. A mí me encantaría que viniera, creo que sería beneficioso para todos los argentinos. 

—¿No cree que algo significa esa ausencia? 

—Bueno, el Papa tiene sus prioridades, viaja por todo el mundo... 

—Seamos sinceros Horacio: va a terminar yendo a todos los demás países de América Latina, menos al suyo. 

—Yo espero que también visite al suyo. Todavía no dio una fecha, es cierto, pero espero que venga.

—¿Por qué cree que hasta ahora, ha decidido no viajar a la Argentina? 

—No lo sé. Pero no creo que exista ninguna razón política respecto a la Argentina. Un Papa, en este caso argentino, está muy por encima de esas cuestiones terrenales, de la política interna de un país. No creo que sea hoy su criterio de decisión. Francisco tiene una responsabilidad enorme que yo valoro mucho, y siento que lo está haciendo muy bien. 

Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia acá.