Durante la Semana Santa de 1996, un grupo de presos a los que se conocerá con el nombre de “los doce apóstoles” intenta sin éxito una fuga del penal y se origina un sangriento amotinamiento con toma de rehenes y enfrentamientos entre los internos.
Hoy, a 20 años del trágico motín, que duró 8 días y dejo 8 muertos, el destino de sus protagonistas se reparte mayoritariamente entre la muerte y la cárcel. De otros, se desconoce que fue de su vida.
En el año 2000, 24 de los involucrados fueron a juicio. Allí, 17 detenidos recibieron condena (seis a reclusión perpetua, ocho a 15 años de prisión, dos a 12 años y uno a 6 meses), mientras que los restantes terminaron siendo absueltos.
Uno de los condenados a reclusión perpetua fue Jorge Alberto "Pelela" Pedraza, uno de dos autores intelectuales –junto a Ruiz Dávalos– de la fuga fallida que terminó en motín. Llegó a tener cinco reclusiones perpetuas y se encontraba alojado en la Unidad N°6 de Rawson, Chubut antes de ser trasladado a Ezeiza. El hombre, tiene un blog y su mujer llegó a escribirle a Cristina Fernández de Kirchner para pedir su indulto.
A diferencia de Pedraza, Juan José Murgia Canteros, quien también fue condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado, salió del penal de Campana y logró rehacer su vida. Es remisero en la ciudad de La Plata y aseguró "estar curado" de sus delitos.
Reincidentes. Uno de los líderes principales del motín, Marcelo "Popo" Brandán Juárez, fue acusado como el autor principal de las ocho muertes ocurridas en Sierra Chica. Había sido condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado pero, luego de cumplir 14 años de prisión, quedó en libertad en octubre de 2010 gracias a la ley del 2x1. Tres meses después volvió a ser detenido por asaltar y secuestrar a al dueño de una fabrica de pañales y un empleado. Fue apresado luego de una intensa persecución y tiroteo.
Lo mismo ocurrió con Carlos Ángel Gorosito Ibáñez, quien había sido sentenciado a 15 años de reclusión. Años después, se fugó de una cárcel provincial en Mendoza y fue detenido recién en julio de 2013 en Olivos en una causa de drogas. El hombre fue apodado como "El panadero" luego de conocerse que durante el motín varias de las víctimas habían sido quemadas en el horno de la panadería de la prisión.
Ariel "Gitano" Acuña Mansilla también esta en el listado de los reincidentes. Fue condenado a 15 años de reclusión por su participación en la revuelta de Sierra Chica –confesó haber cocinado empanadas con carne humana–. Luego de recuperar la libertad, en mayo de 2015, la Policía lo encontró armado con un cuchillo con el que realizaba cortes en su propio cuerpo y amenazaba con agredir a miembros de su familia y vecinos. Cuando lo intentaron calmarlo y dominar la situación, Acuña habría atacado a los uniformados, quienes abrieron fuego. El Gitano cayó herido con un balazo en la pierna y fue reducido por los agentes.
Gustavo Javier Arin, apodado como "El pelado Maradona" –por jugar al fútbol con la cabeza de Agapito "Gapo" Lencinas, líder de la banda contraria, luego de decapitarlo– fue detenido nuevamente en junio acusado de liderar una banda de piratas del asfalto, pero también era un informante de la Bonaerense al que se lo disputaban dos comisarías de Castelar.
Otro de los apóstoles reincidentes es Lucio Bricka Puebla, quien pese a ser penado con 12 años de prisión, acumuló numerosos antecedentes y ha sido apresado en varias ocasiones en Mar del Plata. Su última detención públicamente conocida ocurrió en junio de 2015, durante un operativo antidrogas realizado en la ciudad balnearia.
Muertos. Sin embargo, de los protagonistas del motín, varios tuvieron un destino final trágico. Miguel "Chiquito Miguá" Acevedo Barrionuevo, fue condenado a reclusión perpetua por tiempo indeterminado y encerrado en la Unidad 9 de La Plata. Sin embargo, en abril de 2007 falleció tras ocho días de agonía en el policlínico San Martín de la misma ciudad bonaerense. El recluso había sido internado tras ser herido de dos puntazos en el pecho y el abdomen durante una pelea entre internos del pabellón 6.
Rubén Darío "Cica" Ocanto Ramírez recibió 13 años de prisión y se encontraba preso en el penal número 39 de Ituzaingó. Conocido tras el motín como "el apostol arrepentido", murió asesinado de cinco tiros el 23 de diciembre de 2013 en Villa Oculta, uno de los barrios más peligrosos del oeste santafesino. Había intentado cambiar su vida. Era cartonero. Los vecinos lo respetaban. En su historia causas por portacion de armar, intento fugarse, delitos por robo y hurto
Otro de los condenados que falleció fue Guillermo "Gallego" López Blanco quien había sido sentenciado a seis meses de prisión por evasión en grado de tentativa, pero falleció de un infarto pocos meses después del fallo. La misma suerte corrió Leonardo Salazar, condenado a 15 años de reclusión por el motín, quien falleció por SIDA.
* De la redacción de Perfil.com | Twitter: @hernangsoto