POLICIA
dos asesinatos que rompen las estadísticas

Agostina y María Pía, las dos víctimas de una violencia machista poco frecuente en el país

Agostina Trigo, de 22 años, y María Pía Persia, de 49, fueron asesinadas por dos hombres con los que no tenían un vínculo sentimental ni los conocían. Los femicidas desconocidos representaron, en 2021, el 5 por ciento del total de los casos. La mayoría (62%) de los homicidas en crímenes de género fueron sus parejas o ex parejas. Diego Caballero fue detenido la semana pasada por el crimen de Agostina. Según los investigadores, la habría contactado por un sitio de oferta de empleos. La citó y la mató. Francisco Pinavaria, de 22, fue imputado por el femicidio de la artista plástica María Pía Persia.

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Víctimas. Agostina Trigo y María Pía Persia fueron asesinadas por un desconocido. Ambos presuntos femicidas están detenidos. | cedoc

Agostina Trigo (22) no estaba inmersa en una relación violenta, pero fue asesinada por ser mujer. María Pía Persia (49) solo contrató a unos empleados para arreglar su casa, pero uno de ellos se convirtió en su verdugo y decidió ponerle fin a la vida de la arquitecta y artista plástica. Estos son dos casos, ocurridos en las últimas semanas, que simbolizan a los femicidios en manos de desconocidos. En las estadísticas de crímenes de género representan los hechos menos frecuentes, pero son parte de la radiografía de la violencia machista.

Un 88 por ciento de los femicidios ocurridos en 2021, según el último informe de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, fueron cometidos por un hombre que tenía algún tipo de vínculo con la víctima. Pero en un 5 por ciento del total se trataba de un completo desconocido para esa mujer que terminó asesinada. Del total de homicidios de género directos ocurrido el año pasado (230), hay 16 de ellos que aún no habían sido identificados al cierre del informe y apenas uno que no aportaba la información sobre la relación entre víctima y victimario (lo que representa el 7 por ciento del total).

Agostina necesitaba conseguir trabajo para mantener a su pequeño hijo. Por eso había puesto en grupos de Facebook de ofertas de empleo sus antecedentes laborales y se postuló para cuidar chicos. Allí fue contactada por un supuesto camionero que le contó que necesitaba una persona para cuidar a sus hijas cuando él estuviese de viaje.

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La joven madre se entusiasmó. Ambos coordinaron un encuentro en la plaza mendocina del Buen Orden, el 3 de julio pasado. Pero era una trampa.

“Hola busco trabajo en lo que sea. Tengo experiencia en niñera, atención al público y geriátricos y atención al cliente, cuidado de abuelos. Full time. Tengo 22 años”, había escrito el 22 de junio en ese grupo de ofertas de empleos de la zona mendocina de San Martín, Junín y Rivadavia. Ese domingo se tomó un colectivo y llegó a la plaza en donde habían acordado el encuentro.

La chica le escribió un mensaje a su abuela avisándole que había llegado a destino y luego su celular dejó de funcionar. Agostina no contestaba y no aparecía por ningún lado. Tres días después fue encontrado su cuerpo en una obra abandonada, cerca de donde había sido citada. La joven se defendió y el perfil genético de su agresor quedó bajo sus uñas.

A pocos días del femicidio fue detenido un camionero de 34 años, pero el mismo día lo liberaron porque su ADN no coincidía con ese perfil genético encontrado en el cuerpo de Agostina. Luego los investigadores dieron con Diego Armando Caballero (35), un hombre que con distintos perfiles había interactuado en el mismo grupo de ofertas laborales en la que había escrito la víctima.

“Hemos obtenido match positivo respecto al autor material del homicidio de Agostina, y todo ha culminado con el hallazgo del autor material del hecho, Diego Armando Caballero, quien está detenido en estos momentos”, afirmó el Procurador General Alejandro Gullé en conferencia de prensa el sábado pasado.

Cuando detuvieron a Caballero, los pesquisas encontraron en su casa un papel con el número de celular de Agostina y abajo tenía escrito la frase “busca trabajo”, además de una captura del posteo que había hecho la chica.

Entre el año 2014 (cuando la Oficina de la Mujer de la Corte comenzó a relevar las causas judiciales sobre femicidios) y el 2021, la participación de homicidas de género que resultaron desconocidos para la víctima osciló entre el 4 y el 9 por ciento del total de los casos.

La tendencia que se mantiene y es mayoritaria es la relacionada con que el agresor generalmente es la pareja o ex pareja de la víctima. El año pasado, el 40 por ciento eran las parejas de la mujer asesinada y el 22%, las ex parejas.

Mientras que un 4% tenían otro tipo de vínculo sexo-afectivo y un 11% era familiar de la víctima. Con el 11% restante tenían algún otro tipo de relación.

La otra historia trágica es la de María Pía Persia, la artista plástica bonaerense. Fue encontrada asesinada en su casa de la ciudad de Mendoza. Uno de los albañiles, que estaba haciendo las refacciones y contaba con la llave de acceso, la encontró muerta el 17 de julio pasado. Hacía dos días que no respondía cuando los trabajadores llamaban a la puerta y por eso, uno de ellos decidió entrar.

Primero se pensó en un posible suicidio. Pero luego la operación de autopsia reveló que había sido asfixiada. Luego, los investigadores encontraron una cámara de seguridad que registraba el ingreso de un hombre a la casa de la arquitecta, el día del homicidio.

El acusado cayó, al igual que en el caso de Agostina, por un perfil genético encontrado en la escena del crimen. En este caso, el ADN estaba en el lazo usado para ahorcarla. El último jueves, Francisco Benjamín Pinavaria, de 22 años, fue imputado por femicidio, homicidio criminis causa y robo.

Pinavaria era uno de los albañiles (no el que denunció el hallazgo del cuerpo) que trabajaba en la casa que estaba reformando la artista plástica. Su nombre se vinculó con la causa gracias al Registro Provincial de Huellas Genéticas Digitalizadas, que cuenta con unos 65 mil perfiles genéticos de imputados y condenados por delitos penales, según informaron desde el Ministerio de Seguridad mendocino.

El sospechoso integraba ese registro por un antecedente por amenazas. Y cuando se introdujo el perfil genético encontrado en el lazo de tela usado para asesinar a la artista plástica se produjo el “match positivo”, es decir, que hubo coincidencia entre ambos perfiles.

Ambas mujeres fueron víctimas de femicidio. Las dos se encontraron con sus presuntos verdugos sin haber tenido con ellos un vínculo afectivo, como se da en la mayoría de los casos. Agostina y María Pía fueron asesinadas por dos hombres que decidieron por la vida de ellas.

 

Lo entregó su familia

La estudiante chilena Nicole Se-ssarego Bórquez (21) que había llegado a la Argentina en un intercambio estudiantil fue asesinada en la madrugada del 15 de julio de 2014 por un completo desconocido para ella. El femicida que la siguió y la atacó a puñaladas en la puerta del edificio en el barrio porteño de Almagro fue condenado a perpetua. 

La Justicia llegó a Lucas Azcona (30) luego de difundir los videos en donde se veía a un joven seguir los pasos de la estudiante. En las imágenes se observaba a un hombre que perseguía a la víctima desde la estación Castro Barros del subte A hasta su domicilio. Luego, se ve cómo el mismo hombre se alejó apurado mientras se limpiaba las manos con un trapo. 

Pero en ninguna de las imágenes se lo veía con nitidez para poder identificarlo, por eso la Justicia decidió difundir los videos para ver si alguien lo reconocía y declaraba en la causa. Y así pasó. 

La hermana de Azcona lo identificó por la forma de caminar y le avisó a su padre. La familia del femicida lo encaró y lo entregó. 

Azcona fue condenado en noviembre de 2016 por “homicidio doblemente agravado por alevosía y femicidio”.