Los casos de justicia por mano propia proliferaron en los últimos meses debido al aumento de la inseguridad y la escasa eficacia de las autoridades para prevenir este tipo de incidentes. Muchos de ellos terminaron con la muerte del agresor, como el del médico Lino Villar Catalado.
El martes el carnicero de Zárate Daniel Oyarzún persiguió con su automóvil a dos motochorros que habían tratado de asaltarlo en el comercio. Los atropelló y uno de ellos logró escapar, pero el otro quedó malherido, atrapado entre el vehículo y un semáforo, mientras vecinos le recriminaban su actividad ilegal y hasta recibió golpes por parte de algunos de ellos. El ladrón fue rescatado por personal de bomberos voluntarios y de la policía local, pero posteriormente, murió en el hospital donde había sido trasladado.
Tras ese hecho, la familia de Oyarzún recibió varias amenazas anónimas. Por ello, el intendente de Zárate, Osvaldo Cáffaro, informó que dispusieron un operativo de seguridad especial para protegerlos. Además, la Intendencia correrá con los gastos de los abogados del carnicero para que demuestre ante la Justicia que se trató de un acto de legítima defensa.
"Somos muy respetuosos del orden constitucional. La Justicia es independiente. Pero nosotros vamos a poner todo lo que podamos y le vamos a ofrecer protección", aseguró Cáffaro en diálogo con radio La Red. El mandatario mostró su rechazo a la justicia por mano propia calificó como "entendible" la reacción de Oyarzún: "Es muy difícil ponerse en el lugar del carnicero", consignó.
Oyarzún se encuentra imputado por el delito de homicidio simple tras declarar ante el fiscal Martín Zocca, quien opina que el carnicero tuvo la intención de atropellar a la víctima. "Sólo quería hacerlos caer de la moto y recuperar la plata que me habían sacado", le aseveró el comerciante.