POLICIA
sangriento ataque motochorro

Asesinan a un turista inglés y balean a su hijo en la puerta del Hotel Faena

Las víctimas habían llegado desde el aeropuerto de Ezeiza. No les dieron tiempo ni para registrarse. Se trenzaron en lucha en la calle y fueron heridos por los ladrones.

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Desesperación. Mateus es asistido en la puerta del hotel. Murió poco después en el Hospital Argerich. | cedoc

Las valijas estaban en la vereda. Recién habían llegado a Buenos Aires. Pero no alcanzaron ni a registrarse: dos motochorros intentaron robarles sus pertenencias en la puerta del Hotel Faena y, en medio de una pelea cuerpo a cuerpo, los delincuentes comenzaron a disparar.  

Dos turistas de origen británico, Mateus Gibrand (50) y su hijo Stefan (28), fueron heridos a balazos en una de las zonas más custodiadas de la Ciudad de Buenos Aires. Y a plena luz del día. Mateus murió pocas horas después. Stefan está vivo de milagro.  

Eran las 11 de la mañana cuando personal de Prefectura Naval Argentina –la fuerza encargada de la seguridad en el barrio– recibió el primer aviso sobre un ataque a tiros en la calle Martha Salotti al 400.

En pocos minutos llegaron los patrulleros y una ambulancia de rescate del Sistema de Atención Médica de Emergencia de la Ciudad de Buenos Aires (SAME) que asistió a las víctimas en el lugar. La zona se llenó de gente, al punto que algunos pensaron que había arribado una delegación importante o algún personaje famoso, habitual en un hotel que suele alojar a primeras figuras.

“Yo estaba paseando al perro y de repente veo que hay mucha gente. Lo primero que pensé es que había una banda de música o algún famoso, pero al final nos encontramos con una persona tirada en el piso de la puerta principal del Faena. La estaban asistiendo”, contó Florencia, en declaraciones al canal A24.

Otro vecino, que vive en el edificio “La Porteña Residence”, ubicado justo enfrente a la puerta del Faena, fue testigo del ataque. “Desde la ventana vimos todo y todavía estamos temblando”, aseguró a PERFIL.

El hombre manifestó su malestar por el accionar de Prefectura en el barrio. “Acá está lleno de prefectos, están por todos lados, armados y con chalecos antibalas, pero siempre están pidiendo los papeles de los autos”, se quejó.  

Video. La cámara de seguridad de este edificio registró el momento del ataque. Las víctimas fueron abordadas por un sujeto armado que bajó de una moto y actuó a cara descubierta. Su compañero, que llevaba el casco, intervino cuando las víctimas resistieron el robo a las piñas. Dos de los delincuentes se tiraron encima del turista más joven y comenzaron a golpearlo. Su papá, que en un primer momento se alejó unos metros con una mochila en el brazo, regresó y atacó a patadas a uno de los ladrones. Enseguida, uno de los delincuentes comenzó a disparar. Primero hirió a Stefan, que cayó al piso en medio de la calle, y después baleó a Mateus.

Los turistas fueron trasladados de urgencia hasta el Hospital Argerich. Ambos presentaban sendas heridas de bala, aunque el más comprometido era el hombre mayor.

Damián, un joven que había salido a correr por el barrio, contó que escuchó los disparos: “Fueron tres o cuatro tiros y la verdad uno no sabía lo que había pasado. Cuando me acerqué encontré a dos ambulancias y tres policías. Había mucha confusión”, dijo a Crónica TV.

El informe médico. El director del SAME, Alberto Crescenti,  detalló que recibieron el alerta a las 11.04 y que al llegar se encontraron con un hombre de 50 años “con un impacto que le había entrado por la axila derecha y le había alcanzado el tórax”. Era Mateus.  Y había perdido mucha sangre. Según las fuentes, ingresó en estado desesperante y cerca de las 2 de la tarde de ayer falleció de un paro cardíaco.

El otro turista británico sufrió una herida en el muslo que no le tocó la arteria femoral. Está fuera de peligro.

Dispuestos a todo. Los delincuentes que participaron del robo y el ataque a tiros eran dos, aunque los investigadores del caso sospechan que actuaron con el apoyo de un Ford Fiesta rojo que los esperó en la esquina de Juana Manso y Salotti.

Según fuentes policiales, las víctimas fueron abordadas por los motochorros “con intenciones de querer arrebatarles sus pertenencias”.

Tras el ataque y la confusión, los agresores escaparon a toda velocidad. Prefectura informó que dispuso “un operativo cerrojo en la zona procurando localizar a los vehículos”.

Desde el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad indicaron que le solicitaron a la fiscal Ana Cristina Yacobucci autorización para intervenir en la investigación, pese a que Puerto Madero no pertenece a la jurisdicción.

De acuerdo a las fuentes, la policia de la Ciudad está colaborando “con la tecnología existente para armar la trazabilidad d la fuga y asi poder dar con los agresores”.

Los investigadores también analizan otras denuncias porque sospechan que no sería la primera vez que estos sujetos intentaron cometer un robo en Puerto Madero y en lugares donde hay mucho movimiento de turistas extranjeros. Una vecina aseguró que hubo varios robos en los últimos días y que el miércoles pasado a ella le robaron el auto que había dejado estacionado en Juana Manso al 400.  

La pista que siguen los pesquisas es que los turistas habrían sido marcados cuando salieron del aeropuerto internacional de Ezeiza, y que los abordaron apenas desembarcaron en el Faena. Mateus junto a su  mamá, su esposa, su hijo y su nuera habían llegado al país unas pocas horas antes. No tuvieron tiempo de conocer la ciudad.  Anoche, la mamá de la víctima fatal inició el trámite  para regresar lo más rápido posible a Gran Bretaña. No quiere saber nada con Argentina.  

Los responsables del hotel donde iban a alojarse las víctimas lamentaron lo ocurrido por medio de un comunicado de prensa: “Expresamos nuestras más sinceras condolencias a los familiares y amigos de los damnificados. Colaboraremos en todo lo necesario para el esclarecimiento de tan penoso hecho”.


Cuando el descanso se convierte en pesadilla

Christoffer Persson, Joe Wolek y Alex Hennessy no se olvidaran nunca de la Ciudad de Buenos Aires. Y no precisamente por la magia de la Avenida Corrientes o las pintorescas calles de La Boca. Acá vivieron una pesadilla difícil de borrar, aunque peor le fue al fotógrafo francés Laurent Schwebel, quien en febrero de 2012 fue asesinado a puñaladas en la Plaza San Martín de Retiro.

Persson es sueco y tiene 37 años. El 30 de diciembre de 2018 resistió el robo de su celular en la calle Tacuarí al 400, en el barrio porteño de Monserrat.

Lo asistieron en el Hospital Argerich, el mismo centro de salud en el que ayer fueron asistidos los turistas británicos. Pasó veinte días internado y le amputaron una pierna.

Roberto “Chicho” Gramajo (25) y Rodrigo Peláez (22) fueron juzgados este año y condenados a 15 y 14 años de prisión, respectivamente.

Un año antes, el estadounidense Frank Joseph Wolek (62) fue apuñalado a metros de “Caminito”, en el barrio de La Boca. Se salvó de milagro. Estuvo 21 días internado. “Fueron unas tres semanas largas y fue muy doloroso, pero lo superé bastante bien”, contó al salir del hospital.

En este caso intervino el policía Luis Chocobar, quien salió a perseguir a los delincuentes y terminó asesinando a tiros a uno de ellos.

Chocobar fue recibido como un héroe por el por entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri, quien lo felicitó por su labor. Aunque está procesado por homicidio, el agente no fue separado de su cargo y sigue en funciones.       

Alex Hennessy, un turista de origen candiense, estaba paseando en bicicleta por La Boca cuando fue sorprendido por un motochorro. La víctima filmó toda la secuencia con su cámara GoPro y el video se viralizó.     

Gastón Aguirre fue identificado y detenido, aunque poco tiempo después recuperó su libertad.

El 8 febrero de 2012, el francés Laurent Schwebel salió del Hotel Lafayette del microcentro porteño. Llevaba solo un bolso con su cámara de fotos.

En la Plaza San Martín intentó fotografiar el monumento de los caídos en la guerra de Malvinas, pero un delincuente se le acercó e intentó asaltarlo. Schwebel forcejeó y fue asesinado de un puntazo en el tórax. “Por su trabajo, él estuvo cerca de tiburones y de lobos, lo mandaron a lugares tan peligrosos como Libia o Siria... ¿Cómo es posible que haya muerto en Buenos Aires? ¿Por qué tuvo que ir ahí esta vez?”, se preguntó su hermana.