Las dos doctoras que declararon hoy en el juicio oral y público por el caso Píparo sostuvieron que la gestación de 38 semanas había transitado los parámetros normales y que Isidro, el bebé de Carolina Píparo, murió a causa del disparo que recibió su madre durante la salidera bancaria de la que fue víctima en 2010.
Durante otra jornada del juicio oral y público que se sigue por el caso, la obstetra Adelaida Soria, médica de Píparo, aportó documentación según la cual la paciente "cumplió con todos los controles parentales, ajustándose a todo el protocolo". Además, agregó que "se trató de un embarazo normal saludable y sin riesgos para ambos".
La especialista completó su participación en el debate oral al afirmar que "en el último control, el bebé pesaba poco más de tres kilos". Según Soria, la muerte del bebé se debió al "sufrimiento fetal por una grave hipoxia (falta de oxígeno en el cerebro) como producto de la heridas recibidas por Carolina".
A las declaraciones de la médica de Píparo se sumaron las de la jefa de Neonatología del hospital San Roque de Gonnet, María Rosa Tonchich, quien confirmó que Isidro murió a causa del disparo que recibió su madre. De acuerdo con el relato de la profesional, el bebé nació "sin signos vitales, se lo resucitó y sólo, temporalmente, se adaptó a la vida extrauterina con asistencia". Para la doctora, "no hay duda que el daño que sufrió el bebe fue a causa del disparo que recibió su madre; de no haber sido así hoy estaría en una salita rosa de un jardín".
Isidro sufrió. Las doctoras aseguraron que Carolina llegó en grave estado al hospital e “Isidro tuvo vida extrauterina debido a la asistencia”. Sin embargo, padeció la hipoxia perinatal, definida como "el peor daño que se le puede hacer a un feto”. Además, confirmaron que el bebé había nacido sin patologías congénitas.
Con el testimonio de ambas especialistas, se avalan las hipótesis que esbozó el abogado de Píparo, Fernando Burlando, quien consideró lo sucedido como “un brutal homicidio”.