POLICIA
Veneraban a San La Muerte

Castigos, rituales y prostitución en Salta: condenan a dos líderes umbanda que sometían y robaban a sus fieles

La pareja les decía a sus fieles que si querían convertirse en hijos de la religión tenían que cumplir requisitos terribles: desde la servidumbre hasta la explotación sexual.

líderes espirituales de un templo Umbanda
líderes espirituales de un templo Umbanda | Fiscales

Juan Soria Villalba y María Ester Arroyo se hacían llamar "pae" y "mae". Vivían a pocas cuadras del centro de Salta, en el mismo lugar en el que funcionaba su templo umbanda de veneración a San La Muerte. Desde ahí captaban a personas en situación de vulnerabilidad y las sometían a castigos, les quebraban su voluntad y las inducían a la prostitución. Una investigación judicial los encontró culpables y fueron condenados a 9 y 8 años de prisión por trata de personas agravada.

Todo ocurrió en un templo ubicado en la calle 16 de Septiembre al 300, en el barrio Villa San Antonio, cercano al centro de la ciudad de Salta. Detrás de un frente oscuro con la figura del santo popular, Soria Villalba y Arroyo captaban a personas a las que llevaron a sufrir un calvario por castigos y hasta dos casos de prostitución con el culto umbanda y kimbanda como excusa.

El caso que generó conmoción en la capital salteña salió a la luz a principios de 2021 a raíz de una primera denuncia a la que se sumaron otros testimonios que complicaron la situación de la pareja de religiosos. En diciembre de ese año Villalba y Arroyo fueron imputados por decisión del fiscal Federal José Eduardo Villalba y el juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual. Ahí también dispuso la detención preventiva de Villalba y el arresto domiciliario para Arrollo.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El abuso sexual infantil: ¿un delito de lesa humanidad?

“Esa captación iba dirigida a personas vulnerables, angustiadas, que llegaban a la congregación en busca de protección. Allí, si bien recibían cierta contención espiritual, a la vez se le generaba en ellos una exigencia de contribución, induciéndolas al ejercicio de la prostitución, para luego quedarse con las ganancias, situación que tenemos por probado ya en, al menos, dos casos”, definió el fiscal en la primera acusación.

Y con el correr del proceso judicial se pudo comprobar. El "pae" y la "mae" obligaban a sus víctimas a entregarles entre el 40 y el 70% del dinero que obtenían por medio de la prostitución a la que inducían a dos mujeres.

Pero no solo eso: en el expediente consta que la pareja proyectó y logró comprar la propiedad donde vivía y donde funcionaba el templo por medio del dinero que les entregaban las víctimas, algo que quedó probado en el debate, de acuerdo al resumen de Fiscales.

líderes espirituales de un templo Umbanda
Juan Soria Villalba y María Ester Arroyo durante el juicio.

En la etapa final del juicio, el fiscal federal Villalba buscó probar que la pareja de religiosos se encargó de quebrantar "al máximo" la voluntad de las víctimas.

Eso porque quedó probado que no sólo ejercían un control de los servicios sexuales sino que también las tenían bajo un régimen de vigilancia que era constante. También dio por probado que hicieron que una mujer ejerza la prostitución no sólo dentro de Salta sino que en provincias vecinas y en el Estado Plurinacional de Bolivia.

Juegos secretos y pijama party: condenaron a "la tía" de Misiones por abuso de 11 menores

El relato de los testigos

Durante el juicio, el Tribunal aceptó la declaración de varios testigos que declararon en línea con la hipótesis planteada por la Fiscalía. Uno de ellos fue denunciante en el caso y contó que cuando ingresó al culto su pareja ya formaba parte: afirmó que ella le decía que los condenados eran sus "padres espirituales" y les tenía una absoluta obediencia.

Dijo que en su caso personal cumplía el rol de "cambón", con tareas propias de la servidumbre. "Tenía que estar atento a todo; si la Mae (Arroyo) quería fumar, yo debía acercarle los cigarros; lo mismo con Pae (Soria Villalba), a quien siempre le tenía que tener listo su vaso con fernet", contó y agregó que sufrió varios castigos dado que no se consideraba disciplinado.

El hombre recordó que su novia quería convertirse en hija de la religión, una entidad que ofrecía la pareja en el marco del culto umbanda. "Ella quería eso, así que tuvo que hacer cosas terribles", manifestó. En su declaración, bajo juramento de decir verdad, señaló que a la mujer le exigieron dinero, le robaron un auto y la obligaron a prostituirse para conseguir más plata.

"Yo estaba al tanto. Los servicios los hacían en un hotel de la ciudad y todo era controlado por el Pae y la Mae", aportó.

Salta: vuelve a ser candidato el exintendente destituido por fotos semidesnudo con menores

En ese contexto, dijo que los líderes la castigaban y hasta llegaron a acusarla de que se quedaba con parte del dinero. En ese momento de la audiencia pasaron un audio que su ahora ex pareja le envió desde Bolivia a donde la habían mandado para ser explotada sexualmente. "Yo hago todo, estoy aquí muerta de frío; ni siquiera me compré una frazada para reunir toda la plata que pueda, y me dicen que no es suficiente, que así no voy a poder avanzar", se la escucha.

La condena

Tras dos años de proceso judicial, este miércoles el Tribunal Oral Federal N°2 de Salta condenó a la pareja de líderes umbanda por trata de personas con fines de explotación sexual agravada por intimidación, por la vulnerabilidad de las víctimas, por haberse consumado la explotación y por ser ministros de un culto religioso. También les achacaron las lesiones leves de las dos víctimas.

La jueza Gabriela Catalano y su par Abel Fleming dispusieron la inhabilitación de la pareja por el tiempo de condena y ordenaron que se decomisen 18.600 dólares que se habían encontrado en uno de los allanamientos en el templo. Lo mismo con las cédulas azules de un Gol Trend (el que le robaron a una de las víctimas), teléfonos celulares y el embargo del lugar donde funcionaba el templo.

En el fallo ordenaron también que se le devuelva a la pareja una suma de 60 mil pesos que había sido secuestrada en uno de los procedimientos en virtud de "razones humanitarias".

 

AS/ff