La "Sinaloa del Paraná" no descansa en su escalada de violencia. Sumida en balaceras, amenazas y muertes, Rosario tuvo su cifra récord en homicidios en un mes: 32, el más alto en la historia. Si bien hubo cambio de ministro hace unas semanas, la llegada del ex comisario Rubén Rimoldi, con la promesa de más y mejor presencia policial en las calles, el gobierno de Omar Perotti no logra controlar la violencia en los barrios. Todo lo contrario: se consolida mes a mes.
Si bien la semana pasada hubo un importante golpe al narcotráfico, donde luego de varios allanamientos, se secuestraron 1.600 kilos de cocaína, y el mismo Perotti trató de subirse a un logro que no le pertenece. Las órdenes llegaron del juzgado de Campana e intervinieron fuerzas federales, sin avisar a la justicia provincial, ni mucho menos a la policía local, sabiendo de la connivencia de esta con grupos que manejan el narcomenudeo en vastas zonas de Rosario.
Tras la ida del cargo del polémico Marcelo Saín primero y de Jorge Lagna después que en distintos espacios y edificios públicos de la ciudad aparecieron las pintadas Humo y Plomo el negocio de matar, el gobernador de Santa Fe, puso en el cargo al ex comisario Rimoldi quien hasta el momento solo se exhibe una total ausencia de prevención en las calles calientes; justamente, es el reclamo de los referentes de la oposición subrayan la falta de un plan que contenga la violencia.
Narcos colombianos y cerealeros están en la mira por el secuestro récord de cocaína en Rosario
Las zonas sur y oeste de Rosario son los focos donde se repiten los enfrentamientos de bandas, que, sin medir consecuencias, ni medir el blanco de sus víctimas, caen inocentes como Francisco, un niño de 9 años que fue alcanzado por los disparos de un sicario, mientras acompañaba a su madre a hacer compras y hoy pelea por su vida en el Hospital de Niños Zona Norte.
Son 21 los niños que fallecieron por quedar en medio de balaceras en lo que va del año. Ludueña, Empalme Graneros, Municipal, Tablada, Triángulo, Villa Banana, Vía Honda, Los Gráficos y 7 de Septiembre son los barrios que integran el mapa de la muerte. Regados de sangre, los vecinos hacen denuncias en vano en las distintas comisarías, donde no solo no encuentran respuestas, sino que, en muchos casos, reciben amenazas de los soldaditos que ellos mismos identifican, por dar información a la policía.
Este año se perfila como el más violento en la historia de la ciudad, donde haciendo una proyección llegaría a los 300 crímenes al finalizar el año, superando ampliamente a los índices obtenidos por el exministro Maximiliano Pullaro – que finalizó 2019 con 151 homicidios – y desplazando los años 2013 y 2014 del podio de violencia. De hecho, especialistas explicaron a este medio que entre 2015 y 2019 había una tendencia a la baja de los índices delictivos y de violencia que se rompió con la llegada de Perotti al poder de la mano del slogan “Paz y Orden”.
Jaqueado por la violencia, la inseguridad y la ausencia de plan para enfrentar a las bandas narcos, el mandamás santafesino recurrió a dos policías retirados para tratar de controlar la situación. Uno de ellos es Rubén Rimoldi que asumió el cargo de ministro de Seguridad, el otro es Miguel Ángel Oliva, que reemplazó a la ex jefa Emilce Chimenti al frente de la Jefatura de Policía de la provincia.
Estos cambios le generaron una renovada ola de críticas a Perotti por haber entregado la conducción civil de las fuerzas de seguridad a un expolicía, que no cree en la reforma policial implementada por Jorge Obeid en 2006 y que añora volver a la estructura policial que controlaba todas las áreas y donde estaban diferenciados quienes podían ser jefes (oficiales) y quienes estaban destinados a ser subordinados (suboficiales).
En tanto, mañana se cumplen tres meses del incendio intencional de las oficinas de Desarrollo Social de la Municipalidad quien quedara envuelta en un escándalo luego que se allanara el comedor a cargo de Máximo Ariel “El Viejo” Cantero. En el local del barrio Vía Honda se encontraron decenas de cajas del Plan Cuidar de la Municipalidad de Rosario. Dichas cajas de alimentos destinada a comedores populares que asisten a los más necesitados, era manejada por uno de los líderes de una banda que hace más de 25 años asola a la ciudad: Los Monos.
A tres meses del hecho, con El Viejo Cantero detenido, se avanzó poco sobre los vínculos entre el responsable de la cartera, Nicolas Gianelloni, integrante de la mesa chica del intendente Pablo Javkin, quien sobre el tema declaró: “Sé cómo operan estas bandas. Que a nadie se le ocurra que generando un incendio en un edificio público podrá salvarse de que le caiga el peso de la ley como le tiene que caer.” Sin explicar o pedir él mismo explicaciones al responsable de Desarrollo Social cómo es que dichas cajas llegaban a Cantero. Su amigo Gianelloni sigue en su cargo.
Finalmente, una fuente del Ministerio Público de la Acusación señaló a PERFIL que, en relación a la investigación del incendio, “la fiscal Paola Aguirre solicitó se amplíe el rango de recolección de imágenes de cámaras públicas y privadas para el análisis de alguna persona en actitud sospechosa. En el rango cercano al lugar del hecho se analizó y dio negativo. También hay tareas investigativas en curso.”
(*) Con la colaboración de Alberto Delgado.