El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de La Plata condenó este miércoles a prisión perpetua a Esteban Oscar González Zablocki, de 31 años, por el asesinato del taxista Jorge Alberto Gómez, ocurrido en julio del 2019.
La condena fue por el delito de homicidio agravado por alevosía, por un violento hecho derivado de una breve discusión de tránsito ocurrida a las 6 de la mañana en el cruce de las calles 125 y 50 de Ensenada. Todo quedó grabado por las cámaras de seguridad del lugar, claves para el caso.
En el video se ve cómo la víctima, conductor de un taxi, se bajó a reclamarle al conductor de una camioneta de gran porte por una mala maniobra. De allí se bajó Zablocki y con determinación y casi sin mediar palabra comenzó a arrojarle trompadas a la cabeza del taxista.
La secuencia muestra cómo el primer golpe es lanzado a la altura de la puerta del vehículo, sobre el lateral, y se extiende hacia adelante. Cuando el taxista cae al piso, ya indefenso, el victimario comenzó a pegarle todavía con más saña: fueron al menos una decena de trompadas junto con una patada.
Todo ante la vista de automovilistas que circulaban por el cruce de calles. Cuando terminó de golpearlo, Zablocki volvió a su camioneta, se subió, y siguió camino como si nada. Por su parte, la víctima intentó reponerse, lo hizo, pero a causa de los golpes murió dos días después.
Advertencia: imágenes impactantes
En el fallo judicial replicado por Télam, el juez Javier Decastelli ofreció su descripción. Dijo que "una vez que lo tenía sometido sobre el asfalto, golpearlo ferozmente de forma reiterada, rauda, sistemática y violenta en su cabeza, dándole entre ocho y nueve golpes de puño, para posteriormente incorporarse, patearlo en la zona del tórax y retirarse del lugar en su camioneta Volkswagen Amarok blanca".
Para el tribunal hubo dolo
Además, los integrantes del Tribunal rechazaron la hipótesis de la defensa, que planteaba la inexistencia de un dolo homicida.
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"No comparto esa postura. La imputación a título doloso surge de la entidad del riesgo creado con los múltiples golpes proferidos a la víctima. Resulta evidente que González Zablocki sabía lo que hacía, encontrándose de este modo objetivada la intención atribuida por la fiscalía", estableció el Tribunal.
Y, a propósito de eso, sumaron: "El elemento cognitivo estaba presente, era imposible pensar que con la cantidad de ‘mazazos’ no podía causar la muerte. El riesgo fue introducido por los golpes que González Zablocki le propinó en la cabeza a la víctima y ese resultado causado por el agente se puede imputar en el tipo objetivo si el autor creo con su conducta ese riesgo y ese riesgo se materializó en el resultado. No queda duda, fue un accionar doloso".
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Vale recordar que la autopsia practicada al cuerpo de la víctima concluyó en que murió a causa de un "hematoma intraparenquimatoso izquierdo; fractura de hueso temporal izquierdo; fractura de base del cráneo grave".
Los integrantes del Tribunal concluyeron, para despejar dudas, en que "el dolo de matar quedó claramente expresado en los indicios emergentes del modo en que el imputado emprendió su ataque dando feroces golpes con sus puños en una zona vital y sensible del organismo humano como es la cabeza contra el pavimento, realizando este accionar repetidamente".
LT
