Los mensajes atribuidos a los dos jóvenes neonazis, detenidos el 23 de abril pasado en Tucumán acusados de planear un atentado a la sede de la DAIA, están llenos de odio.
“Dame una 45 y una camioneta con conductor, y te traigo la cabeza de un rabino”, promete uno de los sospechosos, según se desprende del procesamiento dictado esta semana por el juez federal Fernando Poviña.
Según fuentes judiciales, Rafael C. G. (21) y Daniel F. (20) seguirán detenidos por el delito de "incitación a la violencia colectiva", que prevé una pena de tres a seis años de prisión.
El caso, que es investigado por el fiscal federal Pablo Camuña, se inició a partir de una denuncia realizada por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) originariamente en la Ciudad de Buenos Aires, que luego fue remitida a Tucumán.
De acuerdo con las fuentes, los imputados utilizaban los servicios de mensajería Whatsapp y Telegram para presuntamente planear actos de agresión y amedrentamiento contra personas e instituciones de la comunidad judía de Tucumán.
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Según las evidencias recolectadas, los imputados hablaban de un ataque inminente durante el Shabat: "Ya estamos preparándonos para eso, en el día del Shabat comienzan las operaciones”, decía uno de los acusados, en uno de los mensajes que forma parte del expediente.
Otro escrito reflejaba su posición respecto al holocausto: "Déjense de joder nadie les cree ya sus infamias con el Holocausto con el gas en cámaras en los campus todo es mentira”.
En base a las pruebas reunidas, la Justicia tucumana ordenó una serie de allanamientos en los que se secuestraron numerosas armas blancas y de fuego, elementos de radiocomunicación, literatura nazi y objetos con identificaciones de grupos de odio.
"La índole discriminatoria de las acciones dañosas que tuvieran como destinatarias a miembros de la comunidad judía de la provincia de Tucumán, se deriva del propio tenor de los mensajes alusivos obrantes en autos", explicó el juez al dictar el procesamiento de los acusados.
Poviña destacó que la sospecha del atentado "se refuerza por las fotografías enviadas de las armas blancas y de fuego que presuntamente utilizaría para su accionar delictivo, y la tenencia de libros con aparente contenido antisemita, todo ello que fuere incautado al momento de llevarse a cabo la medida judicial".
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Para el magistrado el accionar de los acusados "no resultan una mera manifestación de la voluntad, sino que excede tal límite y se caracteriza por su tenor discriminatorio hacia miembros de la comunidad judía y sus instituciones, debido a su carácter religioso, lo que justifica la aplicación de la agravante prevista en el Art. 2° de la Ley 23.592".
Poviña, además, entendió que los acusados podrían entorpecer la investigación en caso de ser liberados y por eso ordenó que ambos permanezcan detenidos bajo la modalidad de prisión preventiva. También dispuso un embargo de 200 mil pesos a cada uno.
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