POLICIA
Pandemia de género

Detienen a un femicida que estaba prófugo por haber matado a mazazos a su pareja

Roberto Romero era buscado desde el domingo pasado en San Pedro por el crimen de Esperanza Fernández. El perro Bruno, especialista en seguir rastro de olor, participó del operativo de rastrillaje.

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El presunto femicida, su mujer y uno de sus hijos en un acto escolar de diciembre del año pasado. | Cedoc Perfil

El asesino de María Esperanza llevaba seis días prófugo y este sáabdo 9 de mayo por la noche se entregó a la Justicia y quedó detenido. El acusado era buscado con perros y drones por una zona de montes de San Pedro.

María Esperanza Fernández fue asesinada el domingo pasado en su casa de San Pedro. Allí vivía con Roberto Ramón Romero y sus cinco hijos. El cuerpo de Esperanza estaba sobre la cama de la habitación. Su pareja la había atacado a mazazos y escapó.

Tras los pasos de Romero estaba Bruno, el perro rastreador de femicidas. Desde el lunes pasado rastrillaron distintas zonas y el can siguió el rastro de olor del homicida. "Lo estamos cercando”, explicó por la tarde el entrenador del can, Diego Tula, a PERFIL. Y la presión causó efecto. “Es una persona que conoce muy bien la zona y se mueve entre lugares de mucha vegetación y montes. La dificultad de esta tarea es que es una persona que no quiere ser encontrada”, destaca.

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El hombre se resguardó en la casa de un familiar y desde alli dieron aviso a la Policía sobre su presencia. Pidió un médico y no opuso resistencia, informaron los medios locales. Los investigadores creen que estuvo estos seis días deambulando por la zona de campo para no ser descubierto, pero no aguantó más. 

La búsqueda comenzó el lunes pasado y el perro Bruno encabezó el operativo. Se trata de un can de raza Waimaraner que trabaja para el escuadrón de perros de la Secretaría de Seguridad y Prevención Comunitaria de Escobar. Participó en unos 230 casos con una efectividad del cien por ciento, según comenta su entrenador. 

rastrillaje femicida Roberto Romero

Tras el rastro de Romero, Bruno no estuvo solo. Lo acompañaron otros siete canes, más de cincuenta personas que hicieron los rastrillajes y tuvieron el soporte de drones para visibilizar la zona desde las alturas. Bruno es un perro de rastro que busca a las personas a través de su olor, que es único como una huella digital, explica Tula. 

Romero después de matar a su pareja se escapó en bicicleta. La que fue encontrada entre la maleza. “Le seguimos el rastro. Hallamos la bicicleta, sabemos que va comiendo naranjas y tomó agua de unos molinos. Se mueve de noche, por eso teníamos que aprovechar la luz del sol para encontrarlo”, detalló Tula. 

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La bicicleta en la que se escapó Romero.

Bruno se especializa en encontrar a las personas desaparecidas siguiendo su rastro de olor. En enero último encontró a un joven de 17 años que buscaban por considerarlo el autor de un múltiple homicidio. El 1 de enero su madre, sobrina y padrastro habían sido asesinados a cuchilladas en una casa de Melchor Romero. Bruno lo halló, aunque el joven escapaba.
 
También fue clave en el doble femicidio de Lanús, en las que fueron asesinadas Cristina y su pequeña hija Ada. El perro identificó a Abel Romero como la última persona que tocó la manta que envolvió los cuerpos de las víctimas que habían sido enterrados en el fondo de la casa. 

En ese caso, Bruno unió ese último olor con una de las ocho personas que estaban en una comisaría. Fue un indicio más para responsabilizar a Romero por el doble crimen.