Dos presuntas víctimas más declararon contra el abogado y “ciudadano ilustre” Gustavo Rivas (72), acusado de abusar y corromper a 2 mil menores en Gualeguaychú (según una investigación periodística). Esta semana, Rivas se sentó frente a los fiscales de la causa y, por tercera vez, se negó a declarar; sólo se limitó a escuchar la ampliación de la imputación en su contra. Luego salió y siguió con su vida normal.
A dos meses de destaparse el escándalo, el acusado continúa participando de eventos sociales, registrando acontecimientos en fotografías e interactuando en las redes sociales.
Este jueves Rivas estuvo frente a la fiscal del caso, Martina Cedrés, y al fiscal general Lisando Béhéran por poco más de media hora. Los funcionarios le informaron sobre la ampliación de la imputación por “corrupción y prostitución de menores”, ya que se pasó de seis a ocho presuntos damnificados.
Por tercera vez consecutiva, Rivas eligió no pronunciar una sola palabra. “Mi defendido se negó a declarar porque las víctimas aparecen con identidad reservada. La identidad reservada es para los testigos y no para las víctimas”, se quejó su abogado defensor, Raúl Jurado. “Ninguna de esas denuncias es grave, tampoco son probables y, en algunos casos, son hasta irrisorias”, amplió.
Rivas ya afrontó la primera fecha de las sesiones para las pericias psicológicas y psiquiátricas que solicitó la Justicia. Todavía restan dos entrevistas más con los especialistas.
“Hay muchos elementos en la causa para creer que Rivas va a resultar condenado. Hay material fílmico y fotográfico, claro y que demuestra y sustenta lo que las víctimas denunciaron”, explicó a PERFIL Estela Esnaola, la abogada del único denunciante que hizo pública su identidad.
“En los allanamientos se secuestraron videos de 8 milímetros y cerca de 200 fotos con alto contenido sexual, con chicos desprovistos de sus ropas, algunos en grupos y otros solos. Los videos, que se mandaron a analizar por el organismo de criminalística, arrojaron resultados muy importantes para la investigación porque corroboran los dichos de testigos y víctimas”, amplió Esnaola.
Los fiscales informaron que pudieron identificar a unas cien personas en las fotos y en los videos que se secuestraron de la casa y el estudio de Rivas, ubicado a 200 pocos metros de la fiscalía. Fueron contactados pero algunas se resistieron a declarar y otras evalúan la posibilidad. “Las declaraciones de las víctimas son muy importantes y ya tenemos ocho. Pero también es cierto que se trata de un delito íntimo y del ámbito privado en el que las víctimas tienen que sortear muchas cuestiones para decidirse a declarar. Pero es muy importante que lo hagan”, destacó la abogada.
Se estima que los hechos se registraron entre los años 1970 y 2010, cuando las víctimas tenían entre 14 y 16 años.
Vida social. En julio pasado la revista Análisis de Entre Ríos hizo público el caso. A partir de las denuncias en su contra, el abogado renunció a la Comisión de Carrozas Estudiantiles de Gualeguaychú y al colegio Agrotécnico. Pero no abandonó su actividad social.
El mes pasado participó de la presentación de un libro de poemas en el Centro Sirio Libanés. Fue a visitar a su hermano al centro médico San Lucas y todo lo que registró en fotos lo compartió en su cuenta de Facebook. En una farmacia que visitó no pasó desapercibido: un empleado grabó un video con él en el que se hacía un chiste respecto de los abusos que y después se viralizó por las redes sociales.
En su página de Facebook opinó esta semana sobre la selección argentina tras el empate con Perú. “Nuestro problema es más de orden geográfico que futbolístico. Porque si seguimos así, no pasamos en Ecuador. Y en la ida a Rusia, no llegamos ni al meridiano de Greenwich”, bromeó. También intercambió mensajes con sus más de cuatro mil seguidores. Si bien cuando se conoció el caso empezó a recibir mensajes de repudio, en la actualidad ya nadie se anima a cuestionarlo.
Buscando pruebas
La abogada que representa a una de las supuestas víctimas va a solicitar la lista de jóvenes que integraban las carrozas estudiantiles en la época en que el acusado tenía un cargo administrativo. Además pedirá los detalles de las salidas del país que realizó desde los años 70 hasta la actualidad, para identificar otras posibles víctimas del abogado.
“Rivas acostumbraba prestarles dinero a los chicos para la confección de las carrozas o para comprar pinturas. Lo que se cree es que después lo intercambiaba por favores sexuales”, explicó la abogada Estela Esnaola. “Además, él tuvo tres embarcaciones en las que llevaba chicos a Uruguay, y al parecer las había acondicionado para poder abusar de ellos en medio del viaje”, señaló.