POLICIA
el crimen de fernando báez sosa

La estrategia de los rugbiers ante el Tribunal: lo que dijeron y callaron sobre el asesinato

Lucas, Ciro y Luciano Pertossi hablaron ante los jueces. También Máximo Thomsen y Blas Cinalli. Los cuatro acusados hicieron hincapié en que “no existió un plan de asesinato” ni roles asignados como sostiene uno de los agravantes por los que llegaron a juicio. Plantearon el escenario de una “pelea” y no de un ataque directo a Fernando Báez Sosa. Además, dejaron entrever que habían consumido mucho alcohol para intentar justificar su accionar. Los acusados no tienen la obligación de decir la verdad. Enzo Comelli, Matías Benicelli y Ayrton Viollaz, en cambio, optaron por el silencio.

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Videos. Máximo Thomsen señala a alguien y le hace el gesto de que lo va a degollar mientras lo sacan del boliche. A las 4.32, Fernando cruza y se queda frente a Le Brique. Los peritos identifican a Luciano como un agresor directo. A las 4.46, los acusados se abrazan y se van. | cedoc

Cinco de los ocho acusados por el asesinato a golpes de Fernando Báez Sosa (18) hablaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, que a fin de mes daría a conocer su veredicto. Dieron su versión de los hechos, reconocieron haber pegado patadas, aseguraron que “no quisieron matar” e hicieron hincapié en que “no existió un plan de asesinato”. Hablaron de consumo de alcohol y quisieron instalar el escenario de una pelea y no de un ataque directo hacia la víctima. Las pruebas que los contradicen.

 Lucas Pertossi (23) y Blas Cinalli (21) fueron los últimos dos acusados del grupo de amigos que expusieron ante los jueces. Sus relatos fueron coincidentes y complementarios en la previa al ataque a Fernando y acomodaron las piezas para que encajen en una hipotética estrategia defensiva. 

Antes, Máximo Thomsen (23) también habló de “pelea” y coincidió en la mención del consumo de alcohol que habían tenido “desde la tarde”. “Estaba totalmente borracho, no sé lo que decía”, declaró Cinalli para justificar el chat que le mandó a un amigo que decía: “Creo que matamos a uno”. Mientras que los hermanos Ciro (22) y Luciano (21) Pertossi hicieron una escueta exposición. 

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Ninguno habló sobre otro de los rugbiers ni respondió preguntas de los abogados de los padres de Fernando. Los acusados no tienen la obligación de decir la verdad.

“Croniquita”, así contó Lucas que lo llamaban porque “filmaba todo”. Narró que luego de que los sacaran del boliche Le Brique buscó a sus amigos, hasta que vio un tumulto de gente y se acercó. Cinalli también hizo referencia a esa situación que motivó, según su versión, que se aproximara al lugar de los hechos. Ambos omitieron el instante previo, que fue filmado por el propio “intento de influencer” que, según dijo Lucas, es otro de los apodos que tiene. 

“Veo que a uno de mis amigos lo estaban agarrando del pie y me acerco y le digo ‘soltalo’ y le pego dos patadas”, narró Lucas. Tomás, el amigo de Fernando, había declarado que cuando intentó defenderlo recibió “tres trompadas”, por lo que cayó al piso y ahí se agarró “de la pierna, del pantalón de uno de los agresores (Cinalli) y después me solté y me pegaron una patada”. 

Cinalli dijo que “en el video no se ve”, pero que “taclean” a su amigo y él intercede en “la pelea”. Respondió que la única “agresión” que sufrió fue cuando lo agarran del tobillo y explicó que hablaba de pelea porque “una persona que no te conoce, te agarra y encima le pega a un amigo”. Así se buscaría encuadrar el crimen en un contexto de riña que disminuye considerablemente la pena en expectativa, aunque se contrapone con lo que contaron los testigos presentes esa madrugada del 18 de enero de 2020, que hablaron de “emboscada” y que los “agarraron de sorpresa” y con el propio video filmado por Lucas.

Son solo segundos pero se observa a Fernando en cuero parado cerca del cordón hablando con su grupo de amigos. La cámara sigue a un joven de espalda que se acerca a Fernando, pero antes de que llegue, la víctima es golpeada por otros que lo sorprenden del lado contrario. Cuando Fernando cae de rodillas, levanta un brazo y queda de frente al que caminaba de espaldas (que sería Cinalli, por la vestimenta). Ahí Lucas deja de filmar. 

Cinalli dijo que “no recordaba” haber estado con alguien que filmaba y aseguró haber estado lejos de Fernando cuando fue atacado. Pero después los fiscales le exhibieron este video y terminó reconociendo que estuvo “medianamente cerca” de la víctima.

“En ningún momento le pegué a Fernando Báez Sosa, no lo toqué; en ningún momento participé de un plan de asesinato, solo fui de vacaciones”, se despegó Lucas, que junto a Ayrton Viollaz (23) no fueron reconocidos por los testigos agrediendo directamente a Fernando, pero sí a los amigos.

“Quiero pedir disculpas. Jamás tuve intención de matar a nadie, porque vengo escuchando todos los días que yo organicé, que soy líder”, declaró Thomsen ante el Tribunal. Son numerosas las pruebas que lo comprometen.

Aseguró que vio a uno de sus amigos (al que no quiso identificar) “en una ronda de desconocidos” y pensó que le iban a pegar porque era “uno contra muchos”. “Apenas me meto para sacarlo me pegan una piña en la cara, y reaccioné pegando patadas. Jamás lo hice con la intención de matar a alguien. No sé si le pegué a Fernando, no recuerdo a quién le pegué ni cómo, en el momento estaba en shock”. Luego mencionó como suya la zapatilla, cuya suela quedó impresa en el rostro de Fernando. 

Durante el debate, se reprodujeron los videos del ataque a Fernando. En uno se lo ve a Ciro pegarle una última patada y sobre ese punto habló: “Este chico soy yo. Y quisiera aclarar que esa patada no la doy, y que cuando me doy cuenta de que el chico está en el piso, me freno antes”. Se negó a responder preguntas. 

Su hermano había sido el primero en hablar. “Quiero aclarar algo. Yo no estaba ahí”, dijo Luciano en el momento en que peritos de la Policía Federal especializados en análisis facial lo ubicaban en un video junto a los agresores directos de Fernando. “No se molesten en hacer otra pregunta. No voy a responder”, sostuvo cuando le consultaron entonces de quién se trataba. 

Enzo Comelli, Matías Benicelli y Viollaz optaron por el silencio.

 

Momento de alegatos

El miércoles y jueves próximos serán los alegatos donde las partes plantearán la acusación final contra los ocho rugbiers. El abogado de la familia de Fernando Báez Sosa adelantó que pedirá perpetua para todos ellos porque considera que quedó acreditada la calificación de homicidio agravado por alevosía y por premeditación por el que llegaron a juicio. La fiscalía podría ir por la misma línea. 

¿Qué hará la defensa? Hugo Tomei no lo adelantó, pero por lo que se puede deducir de las declaraciones de los acusados, se intentó instalar el escenario de una pelea. Por esa razón, una de las posibilidades es que lo encuadre dentro del “homicidio en riña o agresión”.

En el artículo 95 del Código Penal se plantea que para ello se necesita la intervención de más de dos personas y que no se pueda determinar qué golpe fue el mortal. La pena máxima son seis años. 

Otra alternativa podría ser el “homicidio preterintencional”. Es cuando se tiene la intención de lesionar, pero no de matar, aunque esto sea lo que termine ocurriendo. El máximo son 25 años.