La ciudad de Orán está conmocionada por el brutal ataque que sufrió la profesora de danzas, Jissel Antonela Salva. La joven de 21 años estaba embarazada de ocho meses cuando este miércoles fue atacada por dos “motochorros” y tuvo que ser internada de urgencia para salvar la vida de su bebé en gestación. Desde entonces Jissel se encuentra en estado de coma inducido y su bebé compensado y evolucionando día a día, mientras su familia reclama Justicia y exige que cambien las leyes.
Nora Díaz, madre de la joven y abuela de Baltazar, no puede entender el nivel de violencia que existe en la ciudad donde vive. “Mi hija llevaba una cartera pequeña, ¿Por qué no la pararon para robarle? ¿Por qué tuvieron que provocarle semejante golpe en su cabeza? Orán está terrible. No se puede vivir. No podemos salir a la calle tranquilos a ninguna hora. Lo único que pido es que cambien las leyes. Los delincuentes tienen más protección que las personas que trabajamos. Le pido a los legisladores que cambien las leyes”, dijo Nora, en declaraciones que reproduce el diario El Tribuno de Salta.
En medio del reclamo, la Policía anunció la detención de dos sospechosos —ambos de 23 años—que podrían haber participado en el violento ataque.
Con respecto a la salud de las víctimas, el director del hospital San Vicente de Paúl, Julio Cortés, indicó que el bebé “está bien” y que “se encuentra en una incubadora por su nacimiento prematuro”, mientras que su madre “está en un coma inducido y solo hay que esperar que evolucione de forma positiva”.
Sin códigos. Ubicada a 270 kilómetros al norte de la capital salteña, San Ramón de la Nueva Orán se convirtió en noticia nacional. El ataque que sufrió Jissel no fue el único ya que a lo largo de 2013 ocurrieron otros dos hechos similares en la misma localidad y uno tuvo el peor final.
Al oeste de la ciudad, entre calles de barro y precarias casas de chapa y madera, está el barrio Estación. El 27 de enero en ese lugar, Rebeca, de 18 años, fue la primera y la más perjudicada de las víctimas de este año cuando, embarazada de cinco meses, perdió a su bebé tras ser apedreada por la novia del líder de un bando mafioso, en medio de un problema barrial.
Días después del terrible caso, la atacada relató que “Lechucín”, el cabecilla de la patota que lleva su nombre, quiso golpear a su hermano y que al intentar defenderlo junto a su madre que también fue agredida, recibió un fuerte golpe de parte de “Vero” -la pareja del jefe del clan-, quien le atinó una de las baldosas a su vientre y que en cuestión de minutos, el bebé dejó de moverse.
Pasaron diez meses de aquel horrendo episodio en el barrio Estación cuando otra embarazada fue golpeada en Orán.
En una zona menos marginal, a unas 15 cuadras del lugar donde atacaron a Rebeca en enero, el 28 de noviembre pasado, una chica de 28 años que se encontraba en el sexto mes de gestación, viajaba en su moto junto a su madre por Córdoba y O’Higgins cuando fue interceptada por dos motochorros que tras empujarla, hicieron que pierda la estabilidad y cayera al asfalto.
La situación fue aprovechada por el acompañante del conductor que le sacó la cartera, pero cuando estaban por huir, los vecinos de la zona que vieron lo ocurrido, lograron alcanzarlos y detenerlos a las trompadas.
Afortunadamente, la joven fue llevada al centro médico que estaba a tan solo una cuadra del lugar del ataque y milagrosamente, su bebé quedó fuera de peligro.
Semanas después de aquel hecho, catorce cuadras al norte, el 25 a las 21, una reproducción casi exacta le tocó vivir a Jissel cuando conducía su moto Honda Wave y dos motochorros la hicieron caer contra el suelo de la calle Belgrano, frente a la plaza Serrano, luego de forcejear con ella por la bandolera que llevaba puesta.
Frontera caliente
La localidad que fue testigo del brutal ataque cometido a Jissel Salva, está solamente 50 kilometros al sur de una de las fronteras más calientes del país: Aguas Blancas.
La última ciudad argentina de la ruta nacional 50 está frente a la localidad boliviana de Bermejo y junto a la frontera de Salvador Mazza (Argentina) – Yacuiba (Bolivia), es la principal ruta de acceso de la cocaína que ingresa al país.
Estudios demostraron que el 90% de esa droga que tiene como destino final las principales ciudades de la región pasan por Aguas Blancas, por la mencionada ruta, o Salvador Mazza, por la 34, ya que el control es demasiado frágil.
Por ambas vías también existen varios caminos alternativos por la zona selvática que son usados especialmente de noche por los pasadores y cuyos trayectos pueden ser a pie o en motocicletas.
Si bien Orán está entre las cinco ciudades más importantes de Salta, con más de 100 mil habitantes, es también una de las localidades con mayor venta de motos en el mercado local.
Fueron los mismos comerciantes quienes aseguraron tiempo atrás que en ese lugar “las motos se venden como pan caliente”, y se sabe que el fin de muchos de los vehículos, son utilizados para delinquir y para trasladar drogas de un país a otro.
Dos casos emblemáticos
El ataque que sufrió Carolina Píparo en La Plata marcó un antes y después. Su caso despertó una enorme conmoción por su avanzado embarazo -estaba de nueve meses- y porque su bebé Isidro no logró sobrevivir.
Carolina había sido baleada en una salidera bancaria ocurrida en 2010 y su recuperación fue milagrosa. Tres años después enfrentó a los acusados en un histórico juicio oral, que terminó con cinco condenas a prisión perpetua.
En agosto pasado otro ataque similar sacudió a la misma región. Mery Vidal Borda, una comerciante de Berisso, fue baleada en un robo. Al igual que Pìparo perdió a su bebé pero pudo salvar su vida. Ahora pide justicia.