Cuando tenía 13 años, Lola Chomnalez escribió en su diario íntimo que ya no quería ser trapecista sino que quería dedicarse al psicoanálisis para “ayudar a la gente”. La madre de la joven, Adriana Belmonte, eligió exponer ese texto en la maratón de lectura contra el femicidio que se llevó a cabo esta semana en el Museo de la Lengua del centro porteño. El objetivo era dejar en evidencia los sueños que su hija no podrá concretar por culpa de quien decidió matarla, en diciembre pasado, en la playa uruguaya de Barra de Valizas.
Aferrada a una carpeta con el título “Lola Luna”, Belmonte se ubicó frente al micrófono y comenzó a leer ese texto que su hija había dejado escrito en un cuaderno.
“Pienso en cómo va a ser mi vida, cuál va a ser la orientación en la que viva. Hasta el día de ayer, pensaba que mi vida estaba destinada a la acrobacia”, recitó la mujer. La angustia y el dolor hicieron que tuviera que interrumpir su discurso por el llanto que la invadió. Enseguida tomó aire y siguió: “(Después) Entendí que me encantaría ayudar a la gente a resolver sus problemas si eso es lo que se denomina psicoanalista, ayudar a la gente”.
Belmonte volvió a respirar profundo y contuvo las lágrimas en sus ojos. El público la aplaudió y parte de su familia se acercó al escenario para abrazarla.
Lola desapareció el 28 de diciembre pasado y fue hallada sin vida dos días después con el cuerpo semienterrado en una playa de Uruguay. Allí había llegado el día anterior de su desaparición para pasar unos días de vacaciones con su madrina Claudia Fernández, su pareja y los hijos de ambos.
A casi tres meses de este triste desenlace, Belmonte decidió participar el jueves último de una maratón de lectura contra el femicidio organizada por distintos escritores, militantes y artistas en el Museo de la Lengua del centro porteño bajo la consigna “Ni una menos”. También se hicieron presentes los padres de Wanda Taddei, la joven asesinada en 2010 por el baterista de la banda Callejeros, Eduardo Vázquez.
