Jorge Mangeri no respondió preguntas ante la Justicia, pero accedió a brindar una entrevista telefónica con un programa de televisión. “Yo soy inocente”, dijo el portero acusado del crimen de Angeles Rawson, al hablar por primera vez sobre el caso por el que está procesado y detenido en el penal de Ezeiza.
Desde la cárcel, Mangeri se negó a dar una hipótesis sobre el crimen de Rawson, porque dijo que “sería hablar un montón de pavadas como han estado haciendo conmigo”.
Cuando en América 24 le preguntaron qué opinaba de lo que había pasado con la joven, Mangeri respondió: “Es una barbaridad lo que hicieron con la nena”.
El portero defendió a su esposa, al señalar que “el vínculo con ella es lo mejor que me pasó en la vida”.
Mangeri no quiso ahondar en sus declaraciones e incluso se mostró apurado por terminar la conversación, porque tenía que compartir el teléfono público de la cárcel con sus “compañeros”.
No quiso dar ninguna hipótesis sobre el caso (“mi opinión no sería válida”, afirmó), pero consideró “vergonzoso” todo lo que se había dicho.
“Habría que replantearse quién habla en la TV. Esperemos que hable la Justicia, cuando me sentencien o salga inocente. Ahora hay que darle paso a la Justicia, que se averigüe todo y se determine bien qué es lo que pasó”, manifestó.
Cuando le preguntaron si hubiera sido capaz de matar a alguien, el portero aseguró que “la gente que me conoce sabe cómo soy, habría que preguntarle a esa gente” y señaló que “por algo debe ser” que sus allegados lo defienden públicamente.
“Quiero que me respeten. Hay muchas cosas que se tendrían que hablar. Yo soy inocente”, añadió.
Angeles Rawson, de 16 años, desapareció en la mañana del 10 de junio pasado cuando regresaba de su clase de gimnasia y su cuerpo fue encontrado al día siguiente, en el predio del Ceamse, en José León Suárez.
Aunque en un primer momento la pesquisa se orientó hacia una agresión por parte de un desconocido, la fiscal María Paula Asaro centró sus sospechas en el círculo íntimo de la víctima cuando se descubrió que la menor de edad había regresado al edificio, según se pudo ver en una cámara de seguridad de la zona.
El viernes 14 de junio, cuando toda la familia de la joven estaba siendo interrogada, fue llevado por la fuerza a declarar Mangeri –quien no se había presentado pese a las reiteradas citaciones– y en una sorpresiva confesión tras incurrir en diversas contradicciones dijo: “Fui yo”.
Mangeri quedó detenido y luego las pruebas de ADN confirmaron que bajo las uñas de la menor de edad, pese a la contaminación que sufrió el cadáver, habían quedado rastros genéticos del portero.
En las últimas horas quedó firme el procesamiento por homicidio simple dictado contra Mangeri, pero se cree que el juez de la causa podría ampliar la acusación tal como solicitó la querella por homicidio criminis causa, cometido para ocultar un intento de violación.