POLICIA
“las guerreras”, el primer cuadro “tumbero”

Presas tienen su equipo de fútbol y sueñan con jugar fuera de la cárcel

Entrenan en el penal de San Martín y aseguran estar listas para afrontar un partido importante. La DT es Evelina Cabrera, una ex jugadora y actual presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino.

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Sobreviviendo. Las jugadoras de la Unidad Nº 47 viven en el mismo pabellón y entrenan una vez por semana. También aprenden táctica y estrategia. | Ministerio de Justicia de Buenos Aires

No hace tanto pasó que un grupo de presos comenzó a jugar al fútbol con los muros de fondo y guardiacárceles que parecían jueces de línea. Fue en la vieja cárcel de Dolores, una de las más antiguas del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Arrancó siendo una actividad recreativa, pero el objetivo cambió cuando un entrenador empezó a darle forma a un sueño impensado unos años atrás: entrenar en la cárcel para jugar en el afuera. El equipo se llamó “La Amistad”. Fue el primero –ya no existe– pero dejó una huella imborrable.

Con la reciente profesionalización del fútbol femenino –esta semana 15 jugadoras de San Lorenzo firmaron el primer contrato de la historia–, las chicas que están detenidas en la Unidad Penitenciaria Nº 47 de San Martín también quieren hacer historia.

En este penal de máxima seguridad, más del 30% de la población femenina juega a la pelota, entrena y aprende de táctica y estrategia. Se tienen fe y aseguran estar preparadas para enfrentar al equipo femenino de Boca Juniors.

Las treinta jugadoras que conforman el plantel de “Las Guerreras” tienen una entrenadora mujer influyente: Evelina Cabrera, fundadora y presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (Affar).

“Las Guerreras” entrenan todos los miércoles a la mañana de la mano de Cabrera. “Algunas empezaron de cero. Al principio solo querían patear la pelota. Ahora se interesan sobre cómo pararse en la cancha, respetar estrategias de defensa y ataque, le dan importancia a la preparación física y quieren jugar contra equipos de Primera. Por eso estamos en tratativas para jugar un amistoso contra Boca”, cuenta Cabrera a PERFIL.

“Hacer deporte genera un montón de cosas, la posibilidad de relacionarse la una con la otra, ser compañeras, compartir, ser tolerantes y tener una disciplina. Estoy segura de que si fomentamos esos valores después se trasladan desde adentro hacia afuera”, remarca la entrenadora, que además forma parte de la comisión directiva del club xeneize, en el área de género.

El proyecto del equipo femenino de mujeres detenidas es ambicioso. No se trata solamente de concertar un encuentro amistoso con un equipo de categoría. La idea es sumar rodaje para que las chicas puedan competir en algún torneo oficial, como en su momento pasó con “Pioneros”, el equipo de presos de la Unidad Penitenciaria de  Campana que participó del Torneo Argentino C.  

Minoría. En las cárceles bonaerenses hay 42 mil personas privadas de su libertad. Más del 95% de la población total son hombres. Las mujeres representan apenas el 3%. Según el último registro del SPB, actualmente hay 1.247 detenidas distribuidas en 14 unidades.

Las chicas pueden jugar al fútbol en ocho penales provinciales: las Unidades 4 de Bahía Blanca, 8 y 33 de Los Hornos (La Plata), 40 de Lomas de Zamora, 47 de San Martín, 50 de Batán, 51 de Magdalena y 52 de Azul.

El director de Deportes y Cultura del SPB, Walter Bertolotto, explica a PERFIL que “el fútbol femenino es el deporte más practicado de toda la población carcelaria”. “Alrededor de 240 internas lo juegan actualmente”, asegura.

“Lo que tratamos de rescatar del fútbol como agente tratamental es, además de todos los beneficios físicos que tiene, el sentido de pertenencia que genera, esto de jugar uno al lado del otro refuerza muchos aspectos. Los valores éticos del deporte son muy buenos, sumado a eso la pasión que hay, que es cultural propia de los argentinos, consolida y potencia mucho más todos estos aspectos”, entiende Bertolotto.  

Gustavo Ferrari, ministro de Justicia bonaerense, también destaca la importancia de la práctica deportiva en el ámbito carcelario, porque  –entiende– sirve para reducir el nivel de violencia.  

“El trabajo que se viene realizando para recuperar a los privados de libertad tiene que ver con avanzar con iniciativas en educación, trabajo y deporte en las cárceles. Uno de los objetivos puntuales que tiene este ministerio es reducir los índices de reincidencia en la Provincia, y los valores que se inculcan desde la actividad deportiva es una clave”, apunta Ferrari, principal impulsor para que el fútbol femenino también crezca en las cárceles.

“Con la pelota te sentís libre”

Analía tiene 28 años. Cumple una condena por homicidio simple. En el equipo es polifuncional.

Hincha de River cuenta que decidieron llamarse “Las Guerreras” porque el nombre resume cómo es la lucha del día a día en la cárcel: “Acá hay que se r muy fuerte”, dice a PERFIL. Analía cuenta que el fútbol le sirve para “despejar la mente”.

“Cuando jugás sentís que no estás acá dentro. La verdad es que con la pelota te sentís libre. Y nos sirve para muchas cosas. Desde que empezamos a jugar nos conocimos mucho más. Somos más unidas en el pabellón”, asegura.

La joven sabe de la posibilidad de enfrentar al equipo femenino de Boca Juniors, y no tiene miedo de pasar un papelón: “Sería buenísimo porque nos va a servir para saber cómo estamos paradas frente a equipos de otra categoría”.