Ubaldo Néstor Génova (81) estaba acostado. Eran las 11 de la noche del miércoles. Afuera hacía frío y llovía, una clásica postal de la ciudad de Mar del Plata en invierno. Con algo de dificultad, se levantó de la cama cuando escuchó un ruido extraño que provenía del baño. Agarró su escopeta Ruby Extra calibre 14 y, apenas advirtió que alguien intentaba entrar a su casa por el ventiluz, le gatilló.
"Cuando disparé, estaba la luz apagada", le diría después a los policías mientras cubrían con una manta el cuerpo sin vida del delincuente que había caído muerto en el patio de su casa.
Génova quedó conmocionado. No era para menos. El fiscal de instrucción, Fernando Castro, lo imputó por "tenencia ilegal de arma", una acusación menor que la que recibió Jorge Ríos (69), el jubilado que mató a un delincuente en Quilmes, que está sospechado por "homicidio agravado".
El nuevo caso, que se suma a la polémica instalada por la legítima defensa, ocurrió en la calle Azopardo al 3300, en el barrio Colinas de Peralta Ramos. Darío Oroquieta, secretario de seguridad del Municipio de General Pueyrredón, explicó que el jubilado "fue sorprendido por tres personas que quisieron ingresar a su casa por el ventiluz del baño ".
"Cuando ya estaba con los brazos para el lado de adentro del baño, esta persona (por el jubilado) efectuó un disparo que terminó impactando en el delincuente", explicó el funcionario, en declaraciones al sitio El Marplatense.
El impactante video que muestra cómo el jubilado mató a uno de los ladrones en Quilmes
Según fuentes policiales, el delincuente muerto, identificado como Lucas Nahuel Jerez, llegó junto a otros dos sujetos que escaparon cuando el jubilado comenzó a disparar. Habían ingresado por la parte trasera y no lograron llevarse nada.
Jerez tenía 27 años y un frondoso prontuario delictivo. Junto a su cuerpo no hallaron un arma de fuego, aunque eso no significa no haya tenido una. Hace dos meses estaba detenido en la cárcel de Batán, en el marco de una causa por "amenazas".
El 25 de abril pasado, en plena cuarentena, recuperó su libertad. Sin embargo, no salió por la emergencia sanitaria sino por "cumplimiento de la pena", aclararon los voceros consultados por PERFIL.
En los últimos cuatro años fue encarcelado siete veces por distintos delitos, algunos leves como "hurto y amenazas" y otros más graves como "robo agravado".
En febrero de 2016 cumplió su primera condena, pero poco tiempo después volvió a caer. Según las fuentes, pasó por varias cárceles bonaerenses. Y siempre volvió a caer. Entre agosto de 2016 y octubre de 2019 sumó cuatro condenas más a su extenso legajo criminal.
Su último paso por una cárcel fue breve: estuvo preso cuatro meses por amenazas, entre el 14 de enero y el 25 de abril pasado, cuando volvió a la calle.
Jerez vivía en el barrio Las Américas, donde se sospecha que también residirían sus cómplices, quienes por estas horas están siendo intensamente buscados por la Policía local.