Patricio Reynoso (32) pasó más de dos meses prófugo. Por su captura el Gobierno ofrecía una recompensa de 1.500.000 pesos. Su imagen figuraba entre los argentinos más buscados por Interpol. Finalmente, el supuesto femicida de Pilar Riesco (21), la joven que fue arrojada desde el cuarto pisto de un edificio de Nueva Pompeya, decidió entregarse.
Según fuentes policiales, Reynoso se presentó, junto a su abogado defensor, en la División de Homicidios de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El presunto femicida era buscado por el delito de "homicidio calificado por el vínculo y por haber mediado violencia de género", que prevé una condena a prisión perpetua.
De acuerdo a las fuentes, la entrega de uno de los hombres más buscados del país se pactó días antes entre el defensor y los efectivos que estaban siguiendo sus pasos.
Reynoso estaba prófugo desde el 31 de marzo por pedido de la jueza Nacional en lo Criminal y Correccional Nº51, Graciela Angulo de Quinn, quien cinco días después ordenó su captura internacional cuando no pudieron ubicarlo en el domicilio que había fijado.
El novio de Pilar, que trabajaba en una distribuidora de helados perteneciente a su familia, vivía en el mismo departamento de la calle Alagón al 300, donde el domingo 15 de marzo del año pasado la víctima fue asesinada a golpes y arrojada al vacío, de acuerdo a la causa judicial
Según los investigadores, la pareja discutió la noche anterior a la muerte de Pilar y, cerca de las 3 de la tarde, cuando se despertaron, volvieron a pelearse.
El dudoso relato del joven acusado de tirar a su novia por el balcón: "Se quiso suicidar"
El acusado declaró en la causa y aseguró que su pareja se suicidó. Sin embargo, Pilar no sólo no tenía antecedentes suicidas, sino que además todos los testigos coinciden que estaba feliz porque retomado sus estudios de Recursos Humanos en la Universidad de la Marina Mercante y conseguido trabajo como empleada en un banco, gracias a la ayuda de uno de sus hermanos.
Reynoso fue detenido por primera vez el día que murió Pilar, pero cuarenta días después salió en libertad por falta de mérito. En base a los distintos elementos de prueba que se sumaron en los meses siguientes, la jueza Angulo de Quinn volvió a pedir su detención, pero ya nadie pudo ubicarlo. Hasta esta tarde, que finalmente decidió entregarse.
CP