El exmilitar Alberto Barberis asesinó de un escopetazo a un estudiante de ingeniería de 33 años que caminaba por una calle de la ciudad de Comodoro Rivadavia, en Chubut, después de confundirlo con un ladrón que había ingresado a su casa.
El imputado fue acusado del delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de autor”. La víctima, Emiliano Ávila, justo pasaba por la puerta de su vivienda, ubicada en la calle Alvear al 487.
“Me equivoqué, me siento mal”, dijo el hombre de 66 años durante la audiencia de control de detención.
El asesinato de Emiliano Ávila
El crimen sucedió el día 10 de febrero, cerca de las 23 horas. Barberis notó la presencia de un hombre en el patio de su casa del barrio La Loma. Ante esta situación, el exmilitar tomó una carabina calibre 22 LR, se dirigió al techo de su vivienda y le disparó dos veces a un hombre que pasaba por la puerta de su domicilio.
Uno de los disparos efectuados por Barberis impactó en la espalda del joven, “con orificio de salida a la altura de la tetilla izquierda, ocasionándole la muerte por un shock hipovolémico producido por herida de arma de fuego en tórax, cayendo ya sin vida sobre la vereda de la vivienda”, precisó el Ministerio Público Fiscal de esa provincia en un comunicado.
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La fiscal del caso, Andrea Rubio, consideró que Barberis actuó con "total desprecio por la vida humana”. Además, para la fiscalía hay pruebas suficientes de que Ávila “no es la persona que saltó del techo de su casa, sino que era una persona que ocasionalmente caminaba por ahí”.
Rubio insistió: "Se mató a un inocente de 33 años, estudiante de Ingeniería, que lo único que hizo fue pasar caminando por la calle".
Por su parte, el asesino del joven sostuvo: "Yo iba detrás del otro y se cruzó este chico... me siento mal, me equivoqué”.
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La fiscal pidió la prisión preventiva del imputado por un mes ya que consideró que existía "peligro de fuga" y de entorpecimiento "ya que su soltura podría influir sobre testigos”.
El abogado defensor no se opuso al relato del hecho, ni se opuso a la calificación ni a la detención, pero sí al pedido de prisión preventiva y solicitó el arresto domiciliario.
La jueza Mónica García declaró legal la detención y dio lugar al pedido de la preventiva por un mes.
JP/fl