POLICIA
Lo señalan como el líder de un clan familiar de rafaela

Yiyo, la historia del narco que ofrece un bono extra a sus sicarios por acertar un tiro en la cara

Evelio Ramallo, de 36 años, sumó un nuevo procesamiento por tres homicidios y nueve intentos a los 26 años de cárcel que cumple en Marcos Paz. Las escuchas escandalosas.

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Tumba. Yiyo Ramallo se tatuó en la cárcel una ametralladora y la palabra “bandido”. Ya pasó por varias unidades penitenciarias, entre ellas el penal de Piñero (foto der.), donde tenía un plasma en su celda, un equipo de música y conexión a internet. | cedoc

“Entre rejas, espadas y serpientes yo camino tranqui”. Evelio Horacio Ramallo (36), alias “Yiyo”, se siente seguro en el penal de Marcos Paz, donde actualmente permanece detenido después de pasar por varias cárceles federales. Lo acusan de haber organizado una serie de balaceras y homicidios ocurridos en las ciudades de Rafaela (Santa Fe) y Morteros (Córdoba), pero nada parece preocuparle. “Lo que hay que hacer es plata”, escribió hace poco en su cuenta de Facebook, tan activa como cuando estaba en libertad. 

Yiyo es un cañero de Rafaela que con el tiempo se pasó al bando de los narcos. No reniega de sus antecedentes ni de su fama de “pesado”. En su brazo derecho tiene un tatuaje de una ametralladora y una palabra que lo define: “Bandido”.

Actualmente purga una condena unificada a 23 años de prisión por distintos delitos, entre ellos narcotráfico, intentos de homicidios y el insólito ataque en los tribunales de Rafaela al fiscal Guillermo Loyola, al que golpeó en la cabeza con un cesto de basura y sumó una pena extra a tres años de prisión efectiva.  

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Ramallo, que tiene vínculos con la ya mítica banda narco rosarina de Los Monos, fue imputado en las últimas semanas como jefe de una “asociación ilícita” que cometió al menos tres asesinatos y nuevos intentos de homicidios entre el 1º de agosto de 2021 y el 23 de febrero de 2022. Las escuchas telefónicas, que fueron ventiladas en la última audiencia imputativa, muestran su peor cara. “Voy a seguir haciendo plata para celebrar y voy a seguir matando gente. A mí no me pueden parar más, que me maten”, amenaza.  

Yiyo dice que su objetivo es “adueñarse de Rafaela”, que una “boleta” (crimen) le sale 150 mil pesos y que tiene “millones” para concretar sus objetivos. La fiscal Gabriela Lema agregó que el acusado no solo pagaba ese monto por muerte a los sicarios que contrataba sino que además les “sumaba un bono de 50 mil si el tiro le daba en la cara”. “Los sicarios venían de Rosario, trabajaban con Los Monos”, detalló la funcionaria judicial. 

“Para poder desarrollar estas conductas –amplió Lema en el pedido de procesamiento– tiene una estructura organizada. En su núcleo íntimo la tiene a su madre, Evangelina F., que actúa como administradora del dinero producido por la asociación y es un nexo directo de Evelio Ramallo. También tiene comunicación con su hermana, Natalí R., quien también actúa como intermediaria. Y otra de las organizadoras es Eunice T. –pareja de Yiyo–, administradora del dinero y además relacionada a la adquisición de armas”. 

Según la acusación, a Yiyo y su banda se le atribuyen los crímenes de Ruddi González, Miguel Ángel Mendoza y Marcelo Ariel Sánchez, y las tentativas de homicidio de otras nueve personas.

En el asesinato de González, ocurrido el 3 de agosto de 2021, se sospecha que Ramallo contrató a tres personas –que hasta el momento no pudieron ser identificadas– para que ejecutaran a tiros a la víctima. Lo mismo creen respecto de los crímenes de Mendoza y Sánchez del 21 de diciembre pasado, cuando los asesinaron a tiros con balas calibre 38. 

En otra causa que se tramita en la provincia de Córdoba, Yiyo está acusado de haber instigado el homicidio de José Luis Cáceres, ocurrido el 13 de febrero pasado en su casa de la Almirante Brown al 800 del barrio Urquiza, en la localidad de Morteros. Por este hecho este viernes 25 de marzo fue indagado por el fiscal Juan Fernando Ávila Echenique.  

Lo curioso es que las directivas salen siempre de la cárcel, esté en el penal que esté. En su celda de la penitenciaría de Piñero, por ejemplo, tenía un plasma, un centro musical y teléfono celular con conexión a internet, según las fotos que él mismo publicó en su cuenta de Facebook más activa, que tiene como imagen de portada un patrullero de la Bonaerense prendiéndose fuego.  

En estos años que lleva detenido, Yiyo pasó por varias unidades, entre ellas Coronda, Chaco y Marcos Paz, donde se encuentra actualmente. Sabe que su estadía en prisión será larga, pero igual bromea: “Me dieron un dinosaurio bebé para que lo críe. Cuando el dino llegué a anciano seguro me sueltan”, grafica sobre su condena. 

En la ciudad de Rafaela, la jueza Cristina Fortunato lo procesó junto a otros diez imputados, entre los que sobresalen su novia Eunice T. (33), su mamá Evangelina F. (54) y su hermana Natalí F. (27).

Según la acusación, su pareja no puede justificar su nivel de vida.  “Ella realiza ventas de pan”, explicó la fiscal Lema sobre Eunice. La pericia contable detalla su patrimonio: tiene 970 mil pesos, una camioneta Ford EcoSport 1.6 Titanium y una moto, pero “no se encuentra inscripta en Afip como contribuyente, por lo cual no puede tener una fuente legal de ingresos”, según señala el diario La Opinión de Rafaela. “No hay modo de que justifique ese dinero”, señaló la fiscal Lema.

Sobre su madre, la fiscalía cree que sería la gerenciadora del dinero de la organización que supuestamente comanda su hijo y que además administra sus bienes. Siendo jubilada de Anses tendría una casa quinta en la ciudad de Sauce Viejo. 

Respecto de su hermana, Natalí, la ubican también como organizadora y recaudadora pero además como intermediaria con los sicarios.  “Natalí pagaba a los sicarios, porque la asociación pagaba para matar gente. Había una constante comunicación entre el jefe y las organizadoras. Él les daba las órdenes a su mamá, a su hermana y a su pareja”, entendió la fiscal.

 

Gringa,  la única prófuga

Tamara San Lorenzo, más conocida como “la Gringa Jara”, está imputada por los mismos delitos que Evelio “Yiyo” Ramallo, con la diferencia de que todavía no pudo ser arrestada por la policía. Desde el 8 de marzo pasado permanece prófuga de la Justicia y nada se sabe de su paradero. 

Según la acusación del Ministerio Público Fiscal, esta joven de 23 años sería una de las organizadoras del grupo criminal, “teniendo a su cargo la logística de la asociación, al proporcionar alojamiento a los miembros que no son de la ciudad de Rafaela, proveer de los recursos materiales para cumplimentar las tareas encomendadas –vehículos y armas de fuego– como así también recolectar las ganancias y abonar los gastos generados”.

De acuerdo con la solicitud emitida por la fiscal rafaelina Gabriela Lema, la Gringa Jara es de contextura robusta, nació el 17 de julio de 1998, y podría encontrarse en las ciudades de Rafaela, Morteros (Córdoba), Rosario o Santa Fe.