Este martes, el Directorio Ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), compuesto por 48 países miembro, aprobó dos créditos para la Argentina, pero hubo una importante disidencia: la de Estados Unidos. La Administración de Barack Obama alegó que sancionó a nuestro país por "incumplimiento" en las obligaciones internacionales.
La decisión tomada por EEUU se produjo a cuatro días de la reunión bilateral entre el mandatario demócrata y Cristina Fernández de Kirchner en el marco de la reunión del G-20 en Cannes, Francia. Allí, la presidenta argentina aseguró haber tenido una exitosa reunión de la cual se retiró con "orgullito", por los halagos de Obama.
Sin embargo, el gobierno estadounidense parecería tener preparado un doble discurso, uno para las reuniones protocolares y otro para los momentos en los que sus intereses primarios se encuentran comprometidos. La presión apunta al reclamo de que el país pague a sus acreedores internacionales y abone las sentencias que le fueron impuestas en el tribunal arbitral del Banco Mundial (CIADI).
Según describe La Nación, los dos créditos a los que se opuso Washington suman, en conjunto, 33 millones de dólares. Uno, destinado a financiar un programa de mejoras en el Ministerio de Economía, a cargo de Amado Boudou y el otro, fue tramitado para financiar la construcción de centros logísticos en las localidades bonaerenses de Pilar y Escobar.
Si bien los empréstitos fueron aprobados, ésta fue una manera que encontró el Gobierno de EEUU de hacerle saber a la Argentina que debe ajustarse a los acuerdos establecidos. "Lo hacemos para enviar un mensaje a la Argentina sobre la necesidad de que los compromisos internacionales se cumplan", dijo la subsecretaria para Mercados Internacionales y Desarrollo del Tesoro de Estados Unidos , Marisa Lago, al remarcar el giro político.
Según consta en la página oficial del BID, la Argentina aún tiene pendientes 11 créditos que en total suman más de 1000 millones de dólares.