Los ex aliados de Alberto Fernández ya no lo respetan tanto desde que salió del Gobierno Nacional y ahora tratan de llenar el espacio que dejó en el justicialismo porteño. Por estos días, se están moviendo con mayor intensidad por una simple razón: ni el ex jefe de Gabinete ni su mano derecha en el Frente para la Victoria porteño, Vilma Ibarra, están en Buenos Aires. Ambos pasean por Europa desde el miércoles de la semana pasada y aún les quedan unos días para terminar de caminar Londres.
En el albertismo creen que son sus ex compañeros quienes divulgan los últimos pasos del que fuera el hombre más fuerte del Gabinete durante la gestión de Néstor Kirchner. Sin embargo, ni Fernández ni Vilma se andan escondiendo. El viernes 7, por ejemplo, él dio una conferencia en la Universidad de Salamanca. Y la pareja cenó con un empresario español esa misma noche: "La señora de Fernández es muy interesante", dijo el hombre sin saber, por supuesto, que esa relación ha puesto al rojo vivo a la interna porteña.
El sindicalista Víctor Santa María, ex socio de Fernández, está convencido de que Vilma Ibarra ha sido una influencia negativa en el entramado político de la ciudad. Lejos de los reclamos, ellos dos disfrutan de caminatas por Europa. Luego de Salamanca, estuvieron en Madrid. Se los vio en un reconocido shopping de música y libros y también de tapeo. Ahora están en Londres.
La revelación del viaje en "luna de miel" del ex funcionario de Kirchner y su acompañante sorprenderá a muchos, porque en los últimos tiempos habrían atravesado varias crisis. Sin duda, el alejamiento del poder de Fernández le ha dado más tiempo para sus placeres personales y suele vérselo de compras por Puerto Madero. O como ahora, paseando de la mano con la legisladora Ibarra por las calles de Londres. Sin el estrés que le provocaba los constantes tironeos con el "doble comando" kirchnerista.
Aunque Ibarra y Fernández tienen hijos de sus matrimonios anteriores, esta tour lo hacen solos, una escapada que se debían desde hacía tiempo. A su regreso, los espera la lucha interna. El Frente para la Victoria debe renovar 7 bancas en el 2009, pero están convencidos de que con suerte podrán mantener tres.
Los enemigos de Fernández creen que la decadencia del oficialismo porteño tiene que ver con la imagen del ex jefe de Gabinete, y la sombra de Vilma, siempre dispuesta a terciar en la disputa local. Por suerte para ellos, volverán renovados. Diez días en Europa sirven para recargar energías para lo que viene.