En la larga mesa del despacho de Santiago Cafiero hay apiladas cientos de hojas impresas con datos epidemiológicos, plan de vacunación y los refuerzos económicos anunciados en las últimas semanas. El jefe de Gabinete las revisa y elige la que muestra cómo cayeron los contagios en los mayores de 70 años vacunados a partir de la tercera semana desde que comenzaron a aplicarse las dosis. “Es por acá”, le dice al ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, señalando la curva. Exhibe además la tabla de distribución de las vacunas contra el coronavirus que la semana próxima llegarán a casi diez millones. “El Presidente dijo que necesitamos tiempo para vacunar y lo estamos haciendo. Vamos a cuidar la salud y si hoy la gente y los dirigentes no entienden esto a Alberto no le preocupa seguir perdiendo capital político”, evalúan los funcionarios.
El 30 de abril vencen las restricciones y el jefe de Estado se muestra dispuesto a sostener los cierres actuales en el Área Metropolitana de Buenos Aires. “¿Cómo vamos a abrir con más de 500 muertos diarios? ¿Cómo vamos a abrir con los sistemas colapsados? ¿Cómo vamos a abrir si la Ciudad nos pide por favor que le mandemos 50 respiradores que le prestó a un sistema privado saturado?”, evalúan en la Casa Rosada sobre las próximas medidas. Los números de la semana que comienzan terminarán de definir qué pasará a partir del próximo viernes.
“Vamos a cuidar la salud y si la gente no entiende no le preocupa perder capital político.”
A mediados de enero la orden de Alberto Fernández fue contundente: las escuelas debían funcionar para iniciar las clases bajo un sistema que incluyera la presencialidad. Pasaron dos meses desde el comienzo del ciclo escolar y fue el Presidente el que debió anunciar el cierre de los establecimientos en la Ciudad de Buenos Aires y 35 distritos bonaerenses por dos semanas. “Ponganse de acuerdo, qué política está haciendo si todos dicen que es la medida más antipática que hay que tomar. Nos decían que abríamos las escuelas porque era año electoral ¿ahora qué dicen? El que está haciendo política es Horacio Rodríguez Larreta que va a tener que venir arrastrándose esta semana para pedir restricciones”, dicen en la Casa Rosada.
El viernes el Presidente evaluó los números con el gobernador bonaerense Axel Kicillof. El gobierno nacional volverá a comprar respiradores. “Hasta julio del año pasado mantuvimos la reglamentación de que los respiradores podían ser solo adquiridos a la fábrica cordobesa por el Estado nacional. Desde julio las jurisdicciones pueden equiparse, que digan en Ciudad cuántos respiradores compraron desde entonces. Dicen que van a comprar vacunas y dónde están. Por qué no compraron de a cientos de respiradores en una Ciudad rica como la que gobiernan”, se quejan en el Gobierno nacional.
En el despacho presidencial, Kicillof y el viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, analizaron cómo hacer para ampliar la capacidad en la Provincia “para recibir la demanda creciente que está provocando el excedente del sistema sanitario de la Ciudad”. En palabras más crudas dicen: Nación y Provincia se preparan para atender lo que Capital Federal no va a poder si continúa negándose a cerrar.
Sobre la pelea política con Larreta, evalúan que el jefe de Gobierno porteño hizo mal en ponerse al frente de la postura aperturista. “Hoy no pero al final de todo la gente va a rescatar al que cuidó su salud, al confrontar con Alberto va a ser él quien deba explicar cuando le estalle todo. No hay otro responsable en la Ciudad”, aseguran en el círculo íntimo del Presidente.
