José Alperovich espera confiado el escrutinio final que seguramente lo catapultará a su tercer mandato consecutivo como gobernador de Tucumán. Se sabe ganador. Su única duda pasa por conocer cuál será el margen que conseguirá. Si supera el 70%, está decidido a ir en busca de una nueva reforma constitucional que le permita acceder a una reelección indefinida y, si el porcentaje es menor al 50%, deberá allanar el camino para que quien lo suceda le garantice una transición tranquila y ordenada.
En esta oportunidad, Alperovich se enfrentará contra el senador radical José Cano, que cuenta con el respaldo de partidos como el PRO y el socialismo a nivel nacional, y contra una variante del kirchnerismo que representa Stella Maris Córdoba, de Proyecto Popular.
También se presentarán Luis Bussi (Republicano Fundacional) y Ricardo Bussi (Fuerza Republicana), ambos hijos de Antonio Bussi, el ex gobernador de facto de esa provincia condenado por delitos de lesa humanidad perpetrados en la última dictadura militar. Sin embargo, ninguno de los candidatos opositores parece contar con chances reales de triunfo.
Poco amigo a hacer futurología, Alperovich no habla de los años por venir, pero muchos de sus colaboradores apuestan a que si el triunfo es categórico pondrá en marcha la reforma constitucional para perpetuarse en el poder. Inclusive los más entusiastas ya le han puesto fecha a la posible reforma: febrero de 2012.
Si los resultados no le son tan optimistas, deberá dirimir en una feroz interna que tiene como protagonistas nada más ni nada menos que a su esposa, la senadora nacional Beatriz Rojkés, al ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur y al intendente capitalino, Domingo Amaya, que aseguran haber hecho los méritos suficientes para sucederlo en 2015.
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