Una vez más, el movimiento ambientalista volvió a salir a las calles, para hacer sentir su presencia y darle visibilidad a su reclamo por un mundo más sustentable. También en la Ciudad de Buenos Aires marcharon y en otras ciudades de la Argentina, en el contexto de una campaña política donde el tema estuvo casi ausente en su primer tramo, para exigir a los candidatos que no miren hacia otro lado, ahora que juegan por el voto que más vale.
”En este año de elecciones legislativas queremos votar a candidatos que estén realmente alineados con los objetivos del Acuerdo de París y que alcen su voz frente a: la erosión ambiental, el abuso de nuestros territorios y la violación de los derechos de las comunidades que los habitan”, demandan desde Climate Save Movement. Y subrayan: “Queremos conocer sus propuestas y acciones concretas y que abran al debate popular las decisiones que involucren al ambiente como: el Acuerdo porcino con China, ley de Hidrocarburos, megaminería, la exploración sísmica, los desmontes, el sistemático uso de agrotóxicos, entre tantas otras”.
Desde Jóvenes por el Clima, otro de los convocantes a las marchas del 24-S, también reclamaron en la previa de las primarias por un cupo social ambiental dentro de los debates públicos de los entonces precandidatos. Se sumaron a una movida con otras organizaciones y referentes de la sociedad civil para exigir también que los periodistas se informen al respecto para preguntar con precisión a los aspirantes a un cargo electoral.
“Queremos que todos los candidatos y candidatas de estas elecciones tengan que hablar de ambiente. Exigimos un #CupoSocioAmbiental en sus propuestas de campaña”, exhortaron desde su cuenta en Twitter en agosto pasado. Si bien la proclama no formaba parte específica en la movilización, el espíritu del reclamo en un año electoral, dicen algunos de sus protagonistas, es demandar acción y que, en este contexto, la acción sea compromiso y no solo de palabras sino de propuestas concretas.
De hecho, la cuestión ambiental apenas estuvo presente en el primer tramo de la campaña salvo por algunos precandidatos que, específicamente, se embanderaban dentro de este sector, como el Partido Verde. Pero no alcanzaron el umbral para competir en noviembre. Otros referentes, como Celeste Fierro, del FIT, sí consiguieron pasar a la próxima ronda. Ayer formó parte de una serie de actos a las 15, antes de la marcha.
La Rosadaha tomado parte de estos ejes dentro de un renovado discurso de corte ambientalista con el cual busca congraciarse con la administración de Joe Biden con conceptos como el canje de acciones climáticas. No obstante, las organizaciones escuchan con cierto escepticismo los discursos porque no advierten grandes cambios en el modelo de fondo.