Un nuevo escándalo en el que están involucradas empresas offshores salpicó el Gobierno. El subsecretario de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, ocultó en sus declaraciones juradas un depósito de US$ 1,2 millones en la Banca Privada d'Andorra (BPA). La denuncia fue hecha por el diario El País, medio que ahora aportó otro dato llamativo entorno a la investigación.
La BPA, donde hasta el pasado año regía el secreto bancario, se negó a abrir al entonces gobernador de la provincia de Neuquén, Jorge Sapag, (2007-2015) dos cuentas en agosto de 2008 al sospechar que su dinero era procedente de coimas de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Sabag tenía la intención de ingresar a ese banco un total de cinco millones de dólares, para distribuirlos en dos depósitos vinculados a sociedades creadas en el paraíso fiscal de Belice, según un acta confidencial de la BPA a la que tuvo acceso el medio español. Como beneficiario de una de estas cuentas, el entonces mandatario provincial quiso incluir al ex secretario de Recursos Naturales y ex ministro de Energía de Neuquén, Guillermo Coco.
El ex gobernador de Neuquén preveía transferir inicialmente a cada depósito un millón de dólares desde “una empresa off shore”. “Las cuentas irán alimentándose anualmente dependiendo de los periodos de renegociación de contratos”, informó a la entidad.
El banco rechazó a ambos como clientes al sospechar que su dinero procedía de coimas. “Los fondos corresponden a comisiones y regalías originadas por las intermediaciones en las renegociaciones de las concesiones que se otorgan periódicamente a empresas reconocidas en la explotación de petróleo en esa región”, consignó el banco en un informe interno con fecha del 6 de agosto de 2008.
La institución financiera cerró el expediente de Sapag y Coco con la conclusión: “Coimas del petróleo de los Kirchner. Rechazada”.