La jueza federal Sandra Arroyo Salgado salió al cruce de las declaraciones de Diego Lagomarsino y del periodista Víctor Hugo Morales, que en los últimos días sostuvieron la hipótesis de suicidio en el caso, e indicó que no tiene “ninguna duda” de que la muerte de su esposo, de la cual ayer se cumplió un año, “se trató de un magnicidio”.
“No tengo ninguna duda de que se trató de un magnicidio", aseveró la magistrada y ex mujer de la víctima, que volvió a sostener con énfasis su teoría. “"Alberto fue víctima de un homicidio que estuvo relacionado con su función”, sentenció. De esta manera, volvió a confrontar con Lagomarsino, cuya pistola Bersa calibre 22 fue usada en la escena en que Nisman murió. Ayer, el técnico informático había deslizado que todo indicaba que “Nisman estaba solo cuando murió”, y cargó contra la jueza federal de San Isidro al acusarla de “no querer buscar la verdad”.
Arroyo Salgado volvió a tener mayor exposición mediática una vez que la fiscal Viviana Fein fuera desplazada de la conducción de la investigación a finales de diciembre, y colocada en su reemplazo la jueza en lo penal, Fabiana Palmaghini, quien tendría una mayor decisión para orientar el caso hacia la hipótesis de “crímen”. Las fuertes discrepancias en el modo en que se llevó a cabo la investigación terminó por confrontar definitivamente a Arroyo Salgado y a Fein, y en esta oportunidad, la ex mujer del fiscal logró su cometido.
Ayer se cumplió un año de la sospechosa muerte del fiscal de la UFI-AMIA, que se encontraba a cargo de de la investigación en torno a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la que se la acusaba por encubrimiento del atentado a la mutual judía ocurrido en 1994.