El clima de enfrentamiento entre el Gobierno y los medios ha tenido una traducción evidente en la distribución de la publicidad oficial durante la primera mitad de este año. La brecha entre las empresas más cercanas al kirchnerismo y las más críticas se ha ensanchado progresivamente, al ritmo de la polarización de las posiciones a favor y en contra del Ejecutivo. Estos datos se desprenden de las cifras que, casi en reserva, difundió esta semana en su página web la Jefatura de Gabinete, por un pedido de la ONG Poder Ciudadano.
La distribución arbitraria de avisos oficiales ha sido fuertemente criticado en los últimos años por la oposición, que impulsa un proyecto de ley, actualmente en debate en Diputados, para regular esa práctica. Pero por ahora, el criterio de premios y castigos sigue primando.