POLITICA

Ballotage porteño: los políticos se ensañan con las encuestadoras

La diferencia entre el resultado pronosticado y el realprovoca un aluvión de críticas. Carrió señaló que los encuestadores “deberían ir presos”.

Sánchez también sostuvo que las consultoras "están jugando con la fe pública".
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Tras la resaca electoral, surgieron múltiples críticas por parte de los políticos hacia al papel que tuvieron las encuestadoras en las elecciones porteñas. Elisa Carrió fue la más despiadada, que sin tapujos señaló a través de twitter que los encuestadores “deberían ir presos por mentirosos”.

Otros políticos también se pronunciaron sobre el fiasco de las encuestadoras. Fernando Sánchez, candidato a vicejefe de gobierno por ECO, dijo esta mañana que los encuestadores “nos están vendiendo paco" durante su intervención en el programa Nadie Duerme, de La Once Diez. El compañero de fórmula de Martín Lousteau, agregó que "tenemos que dejar de consumir ciertas cosas".

Sánchez también sostuvo que las consultoras "están jugando con la fe pública", en clara alusión a la pifia de las encuestadoras durante la segunda vuelta de las elecciones porteñas. Terminó por sentenciar que "todos saben que la ciudad de Buenos Aires es muy fácil de medir. No puede ser que siempre seamos la sorpresa".

Por su parte, Nito Artaza también salió a opinar en twitter acerca de la actuación de los encuestadores. El senador por la provincia de Corrientes, manifestó que “las encuestas se compran” a través de su cuenta de la conocida red social. También dijo que la credibilidad de las encuestadoras había quedado seriamente lesionada. 

Ernesto Sanz, precandidato presidencial del frente Cambiemos, tampoco se quiso quedar afuera de la polémica. "al radicalismo le va mejor en las urnas que en las encuestas" mantuvo en el programa Guetap, de radio Vorterix.

Margarita Stolbizer también se sumó a las críticas al decir ayer que "las encuestas pagas no pueden acallar las convicciones". 

La polémica suscitada en torno a las consultoras, surgió ayer tras conocerse la abultada diferencia entre las encuestas finales y el resultado real de la elección porteña.