En un claro mensaje al Gobierno nacional y de la ciudad por la falta de contención a los jóvenes, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, aseguró hoy en una misa celebrada en la Catedral metropolitana que "los chicos salen de la escuela y van a la esquina a comprar merca". Y volvió a criticar las "mezquindades" e "internas" de la dirigencia política, al tiempo que apuntó a quienes sólo buscan "trepar", "abultar la caja" o "escalar para las ambiciones personales".
El discurso cargado de duras críticas al Gobierno, fue realizado por el arzobispo porteño ante más de 5.000 jóvenes que participaban de una misa por la educación en la Catedral, de la que también participó el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, que se mostró incómodo y dijo estar “sorprendido” por el uso de la palabra “merca” que hizo el religioso.
Bergoglio lamentó que la educación sea considerada "la hermana pobre de la estructura social", al afirmar que esto ocurre por "el desgaste de los docentes, el pacto educativo roto, los padres que no colaboran y las aulas llenas más de la cuenta", informó DyN. Ante esto, el arzobispo reclamó "hacer algo para solucionar esta pobreza".
“A la dirigencia se nos pide trabajo, no utilizar (la función) como escalón para las ambiciones personales, para trepar, para los mezquinos intereses o para abultar la caja”, aseveró el primado en la Misa por la Educación en la catedral metropolitana.
El religioso exhortó a la dirigencia a “dar testimonio” y a “trabajar”, al recordarles que "se nos pide que seamos patriotas en el sentido superlativo". Y subrayó: “Si no damos testimonio de horizonte y de trabajar para el futuro nuestra vida terminará llorando la milonga de nuestros fracasos, o nos quedaremos en el conventillo chico, de las internas mezquinas, del miedo y de la desolación, que nos sopapea”.
La misa significó además el primer encuentro cara a cara de Bergoglio con Macri, tras las críticas del arzobispo por no vetar fallos judiciales que autorizaban matrimonios entre personas del mismo sexo en la Ciudad.
El jefe comunal se acercó al purpurado porteño, a saludarlo en el altar e intercambiaron un saludo frío y protocolar, antes de que el funcionario se retirara del templo. Ese saludo contrastó con otro afectuoso que Bergoglio prodigó a José María Castiñeira de Dios, quien fue homenajeado por su trayectoria docente.
El duro mensaje también estaba dirigido a los ministros de Educación nacional, Alberto Sileoni, y de la ciudad de Buenos Aires, Esteban Bullrich, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, que participaron de la ceremonia.