Fue una figura emblemática del menemismo pero hoy está alejado del poder. Su nombre, sin embargo, sigue siendo sinónimo de la década pasada y también de una forma de hacer política.
Carlos Vladimiro Corach tiene 73 años. Vive de a ratos en Francia, de a ratos en Argentina. El ex ministro del Interior del gobierno de Carlos Menem dicta conferencias en París y cuando regresa a Buenos Aires pasa las horas en su estudio jurídico, en pleno Centro porteño, junto a su hijo.
Curioso el derrotero de Corach. La pasión por la enseñanza académica le ocupó la agenda cuando abandonó el gobierno. Primero fue a la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Ahora desembarcó en el Instituto de Estudios Políticos parisino. Allí, el alumnado tiene la posibilidad de escuchar sus conferencias sobre terrorismo latinoamericano e internacional, mientras en Argentina se investiga si obstruyó la pesquisa del atentado a la AMIA.
El juez federal Ariel Lijo quiere saber, concretamente, si Corach, junto al ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, y a Menem montaron una maniobra para direccionar el testimonio clave del reducidor de autos Carlos Telleldín, quien supuestamente vendió la Trafic que se usó para volar la mutual israelí.
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