El debate entre los candidatos porteños venía tranquilo hasta que Elisa Carrió dijo que había “un 20% de posibilidades” de que Santiago Maldonado estuviese en Chile con la RAM. Pocas veces, en su larga carrera política, se vio obligada a salir a aclarar e incluso disculparse. “Yo rezo y también investigo. Dije lo que dije porque íntimamente tengo la esperanza de que Santiago aparezca con vida”, explicó la candidata en diálogo con PERFIL y otro diario. Pero aclara: “No voy a ser quien garantice la impunidad de nadie”.
—¿Pero qué significa que hay un 20% de posibilidades de que esté en Chile?
—Que hay que seguir investigando, porque la verdad es que en el expediente no hay constancia certera de nada. Con el 20% quise decir que hay una mínima posibilidad.
—Y en esa hipótesis, ¿por qué aparecería ahí y no en otro lado?
—Porque es la zona de la frontera, que es porosa. Y los mapuches tienen esta relación.
—¿Pero puede estar por voluntad propia en Chile?
—No sé. Sólo sé que oro y no sé si es mi deseo, o mi ilusión, o la esperanza, no sé cómo expresarlo, pero yo quiero buscarlo vivo. Estoy harta de la Argentina que hace de la muerte una exaltación, una victoria o una derrota política (se le quiebra la voz). Porque cada vez que hay una muerte, o una desaparición, hay una derrota para los argentinos.
—El hermano preguntó por qué no aporta lo que sabe a la Justicia.
—Porque todavía no estoy en condiciones. Y muchas veces dije que sentía algo, pero que no estaba en condiciones de probarlo. Pero no sé si es cierto. Ahora, ¿alguna vez mentí? ¿Puedo estar yo autoengañándome? A lo mejor sí, pero porque quiero la vida.
—¿No es una irresponsabilidad tirar esa opción cuando hay una familia preocupada?
—Decime irresponsable. Yo dije lo que siento. Lo que creo, lo que estudio y lo que investigo. Cuando nosotros caminábamos por la nulidad de la obediencia debida y el punto final en los 90, nadie del PJ estaba en las marchas. Así que no me corran por izquierda.
—¿Piensa que Gendarmería también pudo mentir?
—Sí, no creo en nada. No hay certeza de nada. Si tengo que pedir perdón, pido perdón, pero digo lo que siento y lo que sé. No me puedo arrepentir personalmente. Yo rezo todos los días por ese chico, eso es lo que quiero que sepan los padres. Porque Santiago es una persona, independiente de la izquierda, de la derecha, del Gobierno, de la elección.
Té de perejil. A los 60 años, Carrió reconoce que ya no tiene la misma salud que antes, pero dice que quiere vivir. “El té de perejil me va a ayudar”, se ríe. Misma sonrisa que pone para referirse a Cristina Kirchner como “la señora Madura” (en comparación con el venezolano Nicolás Maduro), o para manifestar su “alegría” por el procesamiento de la procuradora, Alejandra Gils Carbó.
—¿La van a poder remover?
—Ella debería renunciar. Una persona que tiene vergüenza renuncia, ya están los delitos comprobados. Ahora, el mecanismo de juicio político no es constitucional, pero tampoco se la puede sacar por decreto. Así que la Cámara de Diputados tiene que resolver cuál es el mecanismo de destitución que corresponde. Y después proceder.
—Le gusta definirse como una fiscal, ¿siente que el 50% en la Ciudad (podría incrementarse según las encuestas) le va a dar más poder en ese rol?
—Lo siento como una abrumadora responsabilidad. Trato de que no nos tome el triunfalismo. Me estresa la responsabilidad que significa. Además, yo nunca conocí el éxito, siempre la adversidad.
—¿Pero deberían estar preocupados en el Gobierno por una Lilita con más poder?
—Todo el mundo me quiere ver como una amenaza, pero siempre he sido el problema y también la solución. He sido una garantía para la institucionalidad. Nadie puede temer. Creo en la reelección del Presidente, creo que tenemos buenos dirigentes gobernando.
—¿Macri tiene que ir a la reelección?
—Sí, yo creo que sí. Y yo voy a trabajar para eso, si cumplimos con los objetivos que hemos acordado.