La noticia de la aparición de la nieta de Chicha Mariani fue atribuida ayer a un error de comunicación de las personas que trabajan en la Fundación Clara Anahí. “Las personas que firmaron el comunicado (anunciando el hallazgo) son personas que quieren mucho a Chicha y que están permanentemente trabajando por ella”, explicó Juan Martín Ramos Padilla, su biógrafo y colaborador más estrecho.
Una joven de nombre María Elena, proveniente de Córdoba, se presentó el jueves en la casa de Mariani con un análisis que probaba, en teoría, que era su nieta. Clara Anahí fue secuestrada hace 39 años durante el operativo policial que encabezó Miguel Etchecolatz en la casa del hijo de Chicha.
Desde entonces, la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, de 92 años, la busca incansablemente. Resultó que María Elena ocultó que en junio el Banco de Datos Genéticos le había informado que no era la nieta de Chicha. Sin embargo, llevó un estudio de un laboratorio privado que confirmaba el parentesco.
Ramos Padilla dijo ayer en conferencia de prensa que hay todavía muchas cosas que no cierran. Por ejemplo, qué sangre fue la que se analizó en el laboratorio privado para llegar a esa conclusión. Sucede que para confirmar si alguien es hijo de desaparecidos los análisis se hacen, por protocolo, en el Banco Nacional de Datos Genéticos, donde está la base de ADN de los familiares.
Las personas allegadas a Chicha Mariani están preocupadas por su salud, dado que la situación le generó mucho “dolor y tristeza”.