POLITICA
SORPRESA AL NORTE DE SANTA FE

“¡Cayastá en la tapa de los diarios!”: el revuelo de un pequeño pueblo pesquero

La comisaría fue el epicentro de la localidad provincial donde viven unas 4 mil personas.

Cayastá, el pueblo más mencionado.
| Cedoc

La mañana del sábado llegó con sobresaltos a Cayastá, un pueblo pesquero de poco más de 4 mil habitantes enclavado a orillas de Paraná, a 82 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. Porque aunque buena parte de la provincia estaba alerta, las últimas novedades situaban a los prófugos mucho más cerca de la capital provincial: sonaban los nombres de San Carlos, Recreo e incluso Laguna Paiva, todo muy lejos de allí. Por eso, nadie podía creerlo cuando empezaron a sonar rumores de que los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci andaban cerca, ni mucho menos cuando se dijo que los habían atrapado en las inmediaciones.

“A mi papá lo llamaron temprano para que ayudara en algunos asuntos, pensamos que era algo de rutina”, narra la hija de Luis Reina, uno de lo policías que participó del operativo, en diálogo con PERFIL. “Ahora rezamos porque esté bien. Tenemos una mezcla de orgullo e incertidumbre, porque dicen que hay dos que siguen sueltos”, explica.

El tema del día. La gente se arrima en el supermercado, comparte el mate y alarga la salida del trabajo con tal de chusmear un poco más con sus vecinos y compañeros los hechos que, en rigor, casi conocen más por la televisión que por los rumores que circulan.

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María Haydée atiende la única farmacia del pueblo y asegura que nunca había visto tantos policías juntos en su vida. “Eran como cincuenta”, ilustra. También ella, como casi todos en el pueblo, se muestra orgullosa de que haya sido “su policía” la que dio con los fugados, y de que la colaboración de algunos vecinos haya puesto a Cayastá en el mapa, al menos por un ratito.

Jorge, encargado de una de las pocas posadas de la zona, descarta la posibilidad de que el suceso atraiga más clientes, pero así y todo se muestra entusiasmado. “Hay mucho movimiento, la gente se acerca a la comisaría a curiosear, por si puede ver algo”, explicó a este diario.

Mariela, otra vecina de la zona, dice que la sensación es general: “Estamos esperando a que lleguen los diarios a la tarde, que seguramente van a volar. Imaginate ¡Cayastá en la tapa!”.