El mundo sindical busca un equilibrio entre su fuerte apoyo al gobierno de Alberto Fernández y el requerimiento de tensar la cuerda con el mundo empresario. En su primera reunión más o menos formal del año, la conducción de la CGT decidió avanzar con algunas señales para mantener cierto margen de maniobra paritario y sumarse a los reclamos del Ejecutivo para que los empresarios moderen el traslado a precios, sin desplegar un plan de “control sindical de precios”, como había anticipado el taxista Omar Viviani.
El equilibrio en el que se avanza es delicado. Por un lado, se busca mantener el alineamiento con el pedido del Gobierno –realizado en privado, y negado en público– para que moderen los reclamos salariales y privilegien, sobre todo en los grandes gremios, el pedido de sumas fijas antes que aumentos porcentuales. Pero, a la par, se pretende que la CGT y el sindicalismo puedan sumar presión al mundo empresario para que modere el traslado de aumentos a precios, en línea con el pedido del Gobierno –público en este caso– para que los formadores de precios no echen más leña a la hoguera inflacionaria.
En línea con estas intenciones, Acuña dijo que “la CGT no avala seguir con el sistema de sumas fijas”, pero también aclaró que nadie va a pedir lo que los empresarios “no puedan dar”. Es interesante destacar que en su propio gremio –estacioneros– Acuña había reconocido problemas para lograr incluso que se efectivice la suma fija de aumento definida por decreto presidencial con tope en los 4 mil pesos.
En paralelo, quisieron dejar en claro que no se sumarán a un operativo de control de precios, como había anticipado Omar Viviani, pero sí repetirán en público el reclamo de que la responsabilidad que ellos han tenido en las paritarias, tenga reciprocidad a la hora de definir precios.
La Bancaria, un gremio que hasta ahora venía ajustando por inflación sus haberes, firmó la semana pasada aumentos fijos de entre $ 1.500 y 10.500 como puente para enero y febrero. La UTA también acordó el viernes pasado un bono de $ 3 mil en enero y otro de mil pesos en febrero. Camioneros, en tanto, ya cerró un bono y aún discute la posibilidad de un aumento porcentual, mientras que Comercio también tiene una negociación abierta en la que el sindicato ya aceptó moderar su pedido por el ingreso de un aumento fijo por decreto. La UOM tiene una negociación abierta que también iría por sumas fijas escalonadas. La Unión Ferroviaria, que comenzará la próxima semana la discusión de su último tramo trimestral de la paritaria 2019, también evalúa aceptar sumas fijas escalonadas.
Otro eje de discusión, que preocupa tanto o más que el paritario, es el que se refiere a las obras sociales. En la reunión del jueves de la mesa chica de la CGT asistieron, entre otros, los cosecretarios Héctor Daer y Carlos Acuña además de Rodolfo Daer (Alimentación), Antonio Caló (UOM), José Luis Lingeri (Aysa), Armando Cavalieri (Comercio), Víctor Santa María (Encargados de Edificios), Amadeo Genta (Municipales), Sergio Romero (UDA), Noe Ruiz (Modelos) y Guillermo Moser (Luz y Fuerza). Lingeri, como es habitual, fue el encargado de presentar el panorama en el área de las prestadoras sindicales de salud. En resumidas cuentas, indicó que hay un déficit grande y pocas posibilidades de que se incrementen los aportes del Estado, al menos hasta que se resuelva el tema de la deuda.