¿Qué ocurre cuando una cirugía estética no queda como se esperaba? ¿Es prudente borrar los efectos nos deseados de inmediato, con otra cirugía o esperar? Y por último, ¿qué peso tienen hoy las cirugías estéticas en el mundo de la política? Esas son las preguntas que Perfil.com le realizó a psicólogos en relación al caso de Guillermo Cherashny.
La psicoanalista Any Krieger, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, explicó a que "si uno se hace alguna intervención de cualquier tipo y está disconforme o el cuerpo lo rechaza, entonces el efecto anímico que se produce es un efecto anímico depresivo", que puede llegar incluso a generar una fobia a salir a la calle.
En ese mismo sentido, la licenciada en psicología Adriana Serebrenik subraya la importancia de la reflexión previa una cirugía que va a modificar el esquema corporal. "Hay que estar preparado para el cambio", reflexiona y especifica que "antes de hacer una cirugía es necesario hacer una psicoprofiláxis para ver si uno está preparado para atravesar una situación así, que puede salir bien o mal".
La psicoprofiláxis consiste en un tratamiento psicoterapeúticos focalizado para las personas que deben transitar una cirugía, que sirve para enfrentar los miedos previos reducir el posible impacto psicológico que deja la operación. A la hora de detallar las consecuencias de una cirugía que no quedó como se esperaba, Serebrenik enumera: "Puede producirse una gran inhibición, vergüenza de salir a la calle, de mostrarse y reconocer que uno está dentro de ese cuerpo y cara que no eligió y no desea". La sugerencia es aquietarse hasta que el shock traumático esté superado.
Una vez que ocurre eso, "lo ideal sería tal vez esperar un tiempo prudencial a que el médico diga" y "suavizar las cosas" antes de someterse nuevamente a una operación. Estos sentimientos se potencian en el caso de una figura conocida, aclara la licenciada, como podría ser el caso de Guillermo Cherashny, ya que "cuando es una persona común el publico perdona más, pero cuando es una figura pública queda más expuesta a las criticas, a la burla, a la baja auto estima y la necesidad de retraimiento".
La política y el bisturí. El caso de Guillermo Cherashny contiene en si mismo otro interrogante que continúa hoy vigente: qué rol juegan las cirugías estéticas en una elección. La primera cirugía estética de una elección fue la del candidato a gobernador bonaerense del radicalismo Juan Manuel Casella, quien modificó su dentadura, entre otros cambios, para el proselitismo, con pobres resultados en las urnas. Luego, menemismo mediante, el bisturí se incorporaron con normalidad al devenir político durante una década. ¿Cómo está esa relación hoy?
Krieger, autora del libro "Costumbres amorosas de los argentinos" (Ed.Lumen), sostiene que "en política hay como una idea de que justamente la imagen es la que puede conquistar votos, pero lo que el sujeto político no advierte es que estamos en una época de mucha saturación de esa idea y que eso, más que acumular votos, lo puede eliminar".
"Me parece de esto que recurrir al bisturí con la ilusión de ganar votos es algo que pertenece a la década pasada, forma parte del pasado, de los 90´, que se está yendo", afirma Krieger, quien agrega que "esa imagen artificial no es algo que sume votos". Y pone como ejemplos de esta "sed de valores clásicos que se han perdido" a Obama, Reutemann a partir de su gesto de renunciamiento, Michel Bachelet y Angela Merkel.
"Estamos buscando un compromiso, seriedad, una vuelta a los valores, hay una necesidad muy candente e imperiosa de humanidad. Obama gana por ese discurso tan romántico que tiene", concluye. "Las cirugías estéticas tienen que ver con una prótesis y pertenece a una política de valores que se han ido perdiendo", complementa.
(*) Redactor de Perfil.com