El vicepresidente, Julio Cobos, salió hoy a defender su posición frente al conflicto desatado entre el Gobierno y el presidente del Banco Central, Martín Redrado, al sentenciar que "no se puede pedir silencio o sumisión ante decisiones que no fueron consultadas".
Asimismo, Cobos advirtió que no responderá "agravios" por parte de otros integrantes del Gobierno, "porque sería caer nuevamente en viejas antinomias que deberían ser superadas", pero señaló que pretende "dejar en claro que mi accionar fue, es y será de buena fe".
A través de un comunicado, el dirigente mendocino aseveró que "los argentinos están pidiendo paz y armonía" y que "ello se logra con el respeto a la ley y a las instituciones", al cuestionar, nuevamente, la intención de remover a Redrado, por negarse a ejecutar el Fondo del Bicentenario, que supone el paso de más de 6.500 millones de dólares al Tesoro.
Cobos afirmó que "no se puede pretender que el silencio o la sumisión ante decisiones que no fueron -al menos- analizadas o consultadas sean el marco ético que se pretenda definir para el rol del vicepresidente", en clara alusión a las críticas que efectuara Cristina Kirchner.
"Los argentinos están pidiendo a toda la clase política que nos ocupemos de sus problemas y es el deseo de los ciudadanos vivir en tranquilidad y armonía. Esa paz social que todos anhelan se logra con respeto a la ley y a las instituciones", agregó.
En el texto, que se justifica "ante las expresiones de algunos dirigentes" hacia la figura del vicepresidente, Cobos aseguró que sigue "pensando lo mismo" que cuando se acordó la Concertación, por la cual acompañó a la presidenta Cristina Kirchner en la fórmula electoral.
"Yo sigo pensando lo mismo y por lo tanto, no desanduve ningún camino respecto a este proyecto, como seguramente no lo hicieron Alberto Fernández, Sergio Massa, Alberto Abad, Graciela Ocaña, Martín Lousteau, Carlos Reutemann, Felipe Solá, Marta Oyhanarte, diputados y senadores, gobernadores e intendentes justicialistas y radicales que formaban parte del mismo", manifestó, sobre los dirigentes que se alejaron del kirchnerismo.
"La etapa propuesta a partir del 2007 constituía un momento ideal para consolidar el crecimiento -transformándolo en desarrollo- y para darle más institucionalidad a la Argentina" planteó Cobos, para añadir que "se debía lograr una mayor institucionalidad con la participación activa del Congreso, refrendando las decisiones políticas importantes y trascendentes que el país requería conforme a nuestra Constitución".
