Arrancaron temprano. Antes de las siete de la mañana, uno de los delincuentes llegó vestido de blanco, con gorra y reposera, con el objeto de simular que iba a cobrar sus haberes. Otro, se disfrazó de barrendero y se sospecha que articuló la comunicación del grupo delictivo que se fue con las manos vacías de dinero, pero llenas de sangre, tras intentar asaltar un camión blindado en Moreno.
Cerca de las nueve de la mañana, la camioneta de la empresa Prosegur se estacionó en la calle Nemesio Álvarez al 200, en la puerta del banco Supervielle, cuando los custodios privados se bajaron. Allí, el supuesto cliente abrió el bolso negro que minutos antes le habían llevado, agarró una escopeta y abrió fuego. De una camioneta Peugeot Partner blanca, estacionada en la misma calle, se bajaron más asaltantes.
"Al piso, al piso", gritó el único custodio que tiene el banco. El personal de Prosegur comenzó a intercambiar disparos con los delincuentes. Según relataron los testigos, se trató de una balacera de más de 200 descargas. El custodio se arrojó sobre una mujer embarazada y logró salvarla de un disparo que finalmente recibió él en el tórax y que, a horas de la tarde, lo dejó luchando por su vida.
El lugar les garantizaba a los delincuentes todas las condiciones: no hay agentes de la policía bonaerense, en el banco sólo hay un custodio; tampoco hay cámaras de seguridad municipal; la zona en la que está ubicada la sucursal facilita un escape exitoso y los vecinos nunca observan patrullajes. "Moreno es una zona liberada, esto no es una novedad para nosotros", se quejaron.
Y lo habían planificado detenidamente: habían asaltado una remisería y con los autos cortaron el tránsito de las calles aledañas para asegurarse una rápida salida. Sin embargo, la clave del asalto era una maniobra complicada: el camión blindado tiene un sistema de cierre electrónico. Sólo unos pocos segundos permanece desactivado para que se bajen las sacas.
"Una mala decisión, un disparo prematuro, hace que las puertas se cierren y se hagan de imposible accionar", confió uno de los peritos a los periodistas. Por tal motivo, la policía encontró en la puerta derecha una decena de disparos con los que intentaron abrirla. Pero no pudieron.
Ya lastimados, se dieron a la fuga en la misma camioneta -que luego fue encontrada con manchas de sangre en su interior- en las inmediaciones del banco. El brutal intento de asalto mató a un hombre de 75 años que hacía la cola en el banco para cobrar sus haberes jubilatorios, y dejó heridas a tres mujeres embarazadas que fueron a cobrar planes sociales.
La policía, que tiene una comisaría a cuatro cuadras, fue la primera en llegar, quince minutos después de que desaparecieran los delincuentes. Los agentes policiales llevaron a los heridos al Hospital de Moreno hasta que llegó la primera ambulancia.
La sospecha con la que quedaron los testigos es un factor común en distintos robos. "Las armas (usaron fusiles F.A.L., utilizados por fuerzas de seguridad especializadas), cómo se movían (ese tipo de armas exigen un entrenamiento especial en el balanceo de las piernas), parecían expertos", contó Leonardo, uno de los testigos, al canal Todo Noticias.
Al momento, los investigadores estudian el ADN hallado en la camioneta Partner blanca mientras siguen una pista fundamental: cómo los delincuentes consiguieron esas armas que, extrañamente, las manejaban como profesionales.