El resultado que logre el Gobierno en las elecciones primarias del 11 de agosto será determinante para la actividad en el Congreso hasta fines de año, pero el oficialismo ya empezó a mover fichas para tratar de fortalecerse de cara a los próximos debates.
Esta semana empieza oficialmente el receso de inverno en el Congreso, aunque la actividad en lo que va del año fue la más baja en mucho tiempo: entre ambas Cámaras solo hubo 10 sesiones en el primer semestre de 2019.
Los legisladores del oficialismo ya puntean los temas pendientes para la segunda mitad del año, entre los que se destacan el Presupuesto 2020 (que ingresará al Congreso, como todos los años, el 15 de septiembre) y el nuevo Código Penal, pero reconocen en privado que el desarrollo de esos debates estará ligado al desenlace electoral de agosto.
Mientras se especula con que las elecciones primarias podrían funcionar como una primera vuelta debido a la polarización extrema a la que apuestan el Gobierno y el peronismo, en las bancadas oficialistas calculan que si obtienen un buen resultado en esa instancia reactivarán el Congreso casi inmediatamente con esos temas pendientes.
Pero, si por el contrario, el Gobierno pierde las primarias, la parálisis parlamentaria se extendería hasta después de octubre debido a que todas las energías del frente oficialista estarán puestas en conseguir los votos para revertir la situación en los comicios generales.
Sin perder el optimismo y pensando en el mejor escenario posible, la tropa de Juntos por el Cambio ya empezó a mover fichas dentro del Congreso con la idea de robustecer su posición.
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En ese plano trabaja el senador y candidato a vicepresidente Miguel Pichetto, que logró la incorporación de Adolfo Rodríguez Saá al armado oficialista.
La mira del veterano senador y actual compañero de fórmula de Mauricio Macri está puesta principalmente en el debate del Presupuesto 2020, para el que espera contar con una bancada que, si bien será reducida, le daría más volumen político al oficialismo a la hora de manejar un debate sensible como es el presupuestario.
En ese contexto, el cinco veces gobernador de San Luis y ex presidente interino formaría parte de ese mini bloque coordinado por Pichetto, donde también estarían el correntino Carlos "Camau" Espínola, el riojano Carlos Menem, la neuquina Lucila Crexell (que además buscará renovar su banca de la mano de Juntos por el Cambio) y, tal vez, el santafesino Carlos Reutemann.
La incorporación de Rodríguez Saá como aliado del Gobierno tendría también su correlato en la Cámara de Diputados. Según indicaron fuentes parlamentarias a la agencia Noticias Argentinas, recientemente el senador puntano se reunió con el presidente de Diputados, Emilio Monzó.
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Allí conversaron sobre la coordinación entre la bancada de Juntos por el Cambio y los cuatro diputados nacionales de San Luis que responden a "el Adolfo": Karim Alume Sbodio, Ivana Bianchi, Victoria Rosso y Andres Vallone.
De esta manera, el desembarco de Rodríguez Saá en el oficialismo no se limita únicamente a su propio voto en el Senado sino que le aportaría cuatro voluntades más Juntos por el Cambio en la Cámara baja, un número nada despreciable para un oficialismo en minoría y condicionado por el humor electoral de la oposición.
Esos votos valdrán mucho más para el Gobierno si tiene un mal resultado en agosto, dado que eso lo dejaría en una posición de debilidad frente al debate del Presupuesto 2020.
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PS / NA / JPA EA