En materia estadística, con el Indec cuestionado, tanto el anterior gobierno de Néstor Kirchner,
como el actual de su esposa, Cristina Fernández, han dejado dudas en torno a la rigurosidad de sus
índices. Esas críticas buscan ser apaciguadas a través de la nueva metodología para medir la
inflación, redactada por el polémico Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Sin embargo, esta nueva fórmula, que entraría en vigencia la semana próxima, se ubica hoy en
el eje de la tormenta y casi ocasiona la renuncia del ministro de Economía, Martín Lousteau,
desmentida oficialmente. Más allá de estos conflictos,
¿cómo se medirá la nueva inflación?
Según informa el diario
Clarín en su edición de hoy, el nuevo método tomará una canasta más reducida que la
actual, no incluirá productos que considera lujosos y cuando un producto aumente mucho de precio,
será reemplazado por otro más barato.
Los
productos estacionales -cuyas subas o descensos de precio sean transitorios-
no se tomaran en cuenta y serán reemplazados por otros más económicos. El gobierno
entiende que la
gente reemplaza los caros por otros. El tomate, por ejemplo, que el año pasado fue
noticia por su precio sideral, bajo este nuevo régimen estadístico sería sacado de la lista y su
lugar sería ocupado por algún otro vegetal, no tan caro. Además, por esta misma razón, aquellos
bienes que aumenten más del 15% desaparecerán de la lista.
La canasta de consumo computada se
achicará considerablemente y estará compuesta, en su mayoría, por
productos que adquieren los sectores de ingresos medios bajos, con predominio de
los alimentos controlados. Su precio no será fijo, sino que irá variando según el mes. En este
sentido, se adjudicará mayor incidencia a los artículos vendidos en los grandes supermercados (se
presume que los valores auditados serán los acordados con Moreno, no los de consultoras
independientes).
En el rubro turismo,
no se medirán los viajes al exterior, ni todos los bienes y servicios que se
consideren propios de las capas superiores. La medicina prepaga seguirá formando parte del índice,
pero sólo los copagos regulados por el gobierno; sin tener en cuenta que la mayoría de
quienes están adheridos a algún sistema privado no lo usen.
La nueva fórmula ya fue testeada en enero y arrojó
resultados que dibujaron una sonrisa en varios funcionarios del gobierno: con el
nuevo índice la inflación fue de 0,4%, contra un 0,9% que se registró el índice tradicional.