—¿Pensó en renunciar?
—Nunca, pero me llaman poderosamente la atención las declaraciones del empresario Eduardo Costa, que tiene la intención política de meterse en la interna del Frente para la Victoria que él dice desconocer, hablando maravillas de quien habló pestes durante quince años, sólo para decir que yo me victimizo. Ninguna versión salió del gobierno de Santa Cruz, pero sí de sectores de la oposición que están interesados políticamente.
—¿Pero cómo traduce entonces las críticas hacia usted del histórico tesorero del Frente para la Victoria, Raúl Copetti, y de otros referentes directos de Néstor Kirchner (ver recuadro)?
—Creo que fueron expresiones individuales. La de Copetti y la de Mansilla, que ahora, en un marco de reflexión buscaron un camino distinto para diferenciarse de lo que significa el planteo más virulento, que es lo que hace Eduardo Costa, fundamentalmente él y sus soldados en la Legislatura. Yo lo que recibí sólo fueron muestras de apoyo. Desde que asumí la derrota no dije ni una palabra ni contesté nada.
—¿Cómo piensa resolver el déficit financiero de Santa Cruz después de que la Legislatura no le aprobara un fideicomiso de 1.800 millones?
—Nosotros blanqueamos esto cuando mandamos a la Legislatura un presupuesto que fue votado y que marcaba déficit. Pretendemos salir a buscar financiamiento con la estructuración de este fideicomiso que fue presentado como una deuda eterna, cuando en realidad presentamos una operación a cinco años y que rápidamente vamos a saldar con expectativas de reestructuración de la relación con la operadoras y, por ejemplo, de la modificación de la asignación de fondos por coparticipación.
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