El calendario se convirtió en un problema para la gestión de Alberto Fernández. La llegada de las vacunas para aliviar un sistema de salud colapsado se retrasó aún más de lo previsto y recién ahora pueden sostener que comienza a ordenarse mientras que los compromisos económicos internacionales se acercan.
Este lunes vence el plazo para cancelar el pago al Club de París y Argentina ingresa en un período de gracia por 60 días. A la negociación de esta deuda y la del FMI estuvo abocado el Presidente en las últimas semanas junto con el ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras otro sector de la alianza, el kirchnerista, presiona por la economía doméstica.
¿Cuál fue el motivo del viaje del Presidente a Europa? El jefe de Estado hace una evaluación positiva de los apoyos de distintos líderes europeos ante la renegociación de las deudas que terminaron esta semana con una videoconferencia con la canciller de Alemania, Angela Merkel. Dentro de la misma alianza, le quitan importancia a la gira: “Salí a la calle a ver si la gente te habla del Club de París o del FMI y preguntale si sabe qué trajo Alberto de Europa”, analiza un dirigente kirchnerista sobre los últimos movimientos de Fernández que le dieron aire cuando las internas por las diferencias por el rumbo económico ya ni siquiera se disimulan.
La adhesión del canje de deuda por encima del 90 por ciento que se anunció a fines de agosto había envalentonado a un Martín Guzmán que creyó poder sacarse de encima el cargo de “ministro de la deuda” para ampliar su tarea que lo llevó hasta a dar una pelea política con el kirchnerismo pidiendo la renuncia del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, movimiento fallido que lo obligó volver a concentrarse en las negociaciones internacionales.
“No hay urgencia aunque sería una buena señal conseguir el apoyo en estas semanas.”
Paradójicamente, aunque el resultado sea una de las pocas noticias positivas que puede dar el Gobierno en los próximos meses, son muchos los dirigentes del oficialismo que visualizan el cierre de esta discusión como fecha de partida del ministro.
Pero para que esto suceda aún falta demasiado y en la Casa Rosada bajan las expectativas sobre lo que pueda pasar este lunes 31 de mayo cuando se venza el plazo para cancelar el pago de US$ 2.400 millones. Argentina no pagará mientras espera un pronunciamiento del Club de París dentro de los 60 días de gracia en los que se ingresará en las próximas horas.
El grupo de acreedores podría dar una respuesta en su reunión mensual de junio y allí está puesto el objetivo del oficialismo aunque saben que también podrían extender un pronunciamiento para principios de julio. “No hay urgencia aunque sería una buena señal conseguir el apoyo en las próximas semanas”, repiten.
Al asumir la gestión, en el Frente de Todos creían que la renegociación de la deuda sería el desafío más complejo pero hoy hay otras batallas más urgentes: controlar la inflación.
En pleno año electoral, el Gobierno deberá mostrar que la suba de precios se desacelera mientras no teme en volcar dinero a los sectores más castigados.
Si Guzmán entiende y está dispuesto a acompañar este objetivo, quizás el cierre de la deuda ya no sea una fecha límite para el ministro y en el propio oficialismo finalmente acepten que no solo es “el ministro de la deuda”.
