La presidenta Cristina Kirchner llegó ayer a Roma y almorzará hoy con el papa Francisco en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano. Fue recibida por el jefe del protocolo del Vaticano, por el embajador Juan Pablo Cafiero y por el agregado económico, Guillermo Moreno.
La jefa de Estado llegó con una nutrida comitiva en el Tango 01. Será su cuarto encuentro con el sumo pontífice y el tercero que mantendrá en privado. Pero éste será muy simbólico para CFK: se espera que Francisco le dé un fuerte respaldo en su pelea contra los fondos buitre. El Papa tiene una prédica contra el “capitalismo salvaje”, ya que cree que aumenta la desigualdad en el mundo. Para Cristina, es un espaldarazo, porque tan sólo unos días después hablará ante la asamblea anual de las Naciones Unidas con la mira puesta en los buitres y en el sistema financiero. Sobre todo, después de que la ONU aprobara una resolución para avanzar en la reestructuración de la deuda soberana de los países. “El Papa tiene una mirada muy particular sobre la economía, como lo indica en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, y es muy coincidente con la posición del gobierno argentino”, expresó Guillermo Oliveri, el secretario de Culto, consultado por la agencia Télam. Desde que fracasaron las negociaciones con los holdouts, la batalla contra los bonistas que no entraron en el canje se convirtió en una cuestión de Estado. A punto tal que, tras el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa, que impidió pagar un vencimiento a la Argentina, el Gobierno decidió impulsar una ley de pago soberano de la deuda, cambiando la jurisdicción a nuestro país y a Francia. Al Tango 01 se subieron el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini; el secretario de Culto; el vicegobernador, Gabriel Mariotto; diputados de La Cámpora; el presidente de la Cámara, Julián Domínguez; y los intendentes Fernando Espinoza (La Matanza) y Patricio Mussi (Berazategui).
Desde que asumió como sumo pontífice, Jorge Bergoglio tejió una relación de amistad con Cristina Kirchner. La recibió, la primera vez, el 18 de marzo del año pasado, en un almuerzo que duró más de dos horas. Intercambiaron regalos. En esa oportunidad, CFK le pidió que auspiciara de intermediario en la posición de la Argentina ante el Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. El segundo encuentro fue el 17 de marzo de este año, en un mitín que se extendió también durante horas. El 28 de julio volvieron a verse en Río de Janeiro durante un encuentro mundial de la juventud. La Presidenta lo llamó por teléfono cuando se enteró del accidente que sufrió el sobrino de Bergoglio y en el que perdieron la vida sus familiares.
Durante el partido de fútbol por la paz que se hizo a principios de mes, el Papa sacó de su sotana la carta para invitar a Cristina Kirchner. Aunque en un principio se dijo que el sumo pontífice fue el que pidió el encuentro, PERFIL publicó la semana pasada que en rigor fue la Presidenta la que lo hizo.
La mandataria se alojó en el hotel Edén, el mismo que utiliza cada vez que viaja a Roma. Allí fue recibida con un ramo de rosas. Una vez que termine el encuentro, la jefa de Estado viajará a Nueva York, donde expondrá el miércoles ante la Asamblea.