“¿Saben con lo que yo sueño? Con una Argentina que esté lo suficientemente bien informada, para que nadie vuelva a meterles el perro. Como se lo han metido en muchísimas oportunidades, haciéndoles creer que tenía cuatro patas, ladraba y movía la cola pero no era perro, era un gato”. En dos tuits, la presidenta Cristina Kirchner volcó ayer su furia contra el fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial que impidió, preventivamente, que el Gobierno pueda intervenir el Grupo Clarín, alternativa que está contemplada en la nueva ley de mercado de capitales, y que el kirchnerismo pensaba utilizar.
Desde que se desató la pelea entre el Grupo Clarín y el Gobierno, durante el conflicto con el campo en 2008, CFK empezó a acumular su obsesión por desmembrar al multimedios. Avanzó, en 2009, con la aprobación de la Ley de Medios que, de implementarse como está, le asestaría un golpe letal al mejor negocio de la empresa, el cable.
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Pero la obsesión de la mandataria no es sólo batallar contra Clarín, sino contra los medios que considera opositores. El Gobierno tejió un plan para ir cooptando los canales de noticias del cable. C5N, América 24, Crónica y Canal 26 se muestran, muchas veces, en sintonía con la línea del Gobierno, y difunden las buenas noticias que produce la usina de información de la Casa Rosada. A esto se le suma la TV Pública, que tiene su propio programa contra lo que el Gobierno considera la “corpo mediática”, 6,7,8, y que con el Fútbol para Todos hace propaganda oficial, destinando más de 1.000 millones de pesos al año para sostenerlo.
Pero la bronca de CFK contra la Justicia por los fallos a favor de Clarín no es de ahora. Cuando la Cámara en lo Civil y Comercial aceptaba las medidas cautelares de la empresa mediática y fallaba sobre la cuestión de fondo declarando inconstitucionales artículos de la Ley de Medios, Cristina la declaraba la “Cámara en lo Clarín y en lo Rural”. Se refería, además, a un fallo que impedía al Estado expropiar el predio de La Rural, en Palermo.
CFK culpó a Clarín de haber sido el responsable de la derrota de 2009 y de las últimas primarias, en agosto de este año. Lo acusó, entre otras cosas, de montar una campaña destituyente. Atribuyó a un error en la comunicación los guarismos en la provincia de Buenos Aires. “Hicimos todo bien, pero no supimos comunicar y tenemos a los medios en contra”, graficó un funcionario del gabinete K. Es la idea predominante en el círculo íntimo de la primera mandataria. La obsesión que tiene por los medios se nota, además, cada vez que se sube a un atril y resalta artículos negativos de Clarín, La Nación y PERFIL. Sobre este diario dijo, hace unas semanas, que era el Salieri de Clarín.
