A cinco años del triple crimen de General Rodríguez, en el que fueron ejecutados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, por primera vez PERFIL da a conocer cruces telefónicos y el testimonio de un testigo clave en el juicio que conectan a los protagonistas del hecho con el senador Aníbal Fernández. Además, en la causa consta una escucha en la que habla una supuesta secretaria de Florencio
Randazzo.
José Luis Salerno, socio de Ferrón en la droguería Fharmaz Group y acusado de participar en el negocio de la efedrina, declaró en el juicio oral el 21 de septiembre de 2012 en los tribunales de Mercedes. Salerno es el único del grupo que quedó con vida.
Salerno testificó que iban a matar a Forza, Ferrón y Bina porque “estaban cagando” el negocio de la efedrina, una sustancia utilizada por los narcos mexicanos como principal precursor químico de las metanfetaminas, la droga por excelencia en México y los Estados Unidos. “Cuando pasa todo esto, al día siguiente me llama a la farmacia la secretaria de Aníbal Fernández. Fue un día o dos días después de que desaparecieran los chicos”, declaró Salerno ante la Justicia.
“Yo no estaba, atendieron por mí y dijeron que el señor Aníbal Fernández quería hablar conmigo, y que se iba a volver a comunicar. Supe que era cierto porque en la indagatoria que tuve en el juzgado federal de Campana me preguntaron qué había hablado yo con el teléfono privado del señor Fernández”, aclaró ante una pregunta del Tribunal. Salerno se refería al registro de llamados que consta en la causa por la ruta de la efedrina, entonces a cargo del juez destituido Federico Faggionato Márquez.
En el expediente del triple crimen también se registró en una escucha telefónica el llamado de una mujer que se presentó como empleada de Presidencia de la Nación y llamó a la droguería de Salerno
supuestamente de parte de Florencio Randazzo, el 14 de agosto. La mujer preguntó “por una doctora de nombre Carla Iori –la abogada de Ferrón– o un masculino de nombre Salerno con quien quiere contactarse de manera inmediata o de no ser posible con la abogada”.
Voceros del ministro de Interior y Transporte aseguraron que “nadie que trabaje o haya trabajado con Randazzo llamó a esa farmacia o ese hombre”.
Camino a Quilmes. En la causa por el triple asesinato consta que un teléfono Nextel a nombre de Aníbal Domingo Fernández mantuvo 25 comunicaciones con el Nextel de otro quilmeño: Alejandro Giancristóforo, entonces funcionario del Renar (Registro Nacional de Armas), que dependía del ministerio de Aníbal y estaba a cargo de Andrés Meiszner, uno de los principales colaboradores de Fernández.
Ese mismo teléfono de Giancristóforo mantuvo 668 comunicaciones con el teléfono de Martín Lanatta, sentenciado a prisión perpetua por los crímenes de Forza, Ferrón y Bina. Las conversaciones registradas entre Lanatta y Giancristóforo ocurrieron entre enero y junio de 2008, dos meses antes del triple crimen.
Durante 2008, la primera comunicación entre Giancristóforo y el teléfono de Aníbal es el 16 de abril. Vuelven a comunicarse el 15 y el 21 de mayo. Se hacen más asiduas a partir del 4 de junio y hasta el 17 de septiembre.
Según consta en la causa, el celular a nombre de Fernández tenía como domicilio de facturación la dirección del entonces ministro: Solís 339, Quilmes. A través de su vocero, Fernández afirmó que conoce a Giancristóforo, que fue empleado del Renar y que es hijo de un histórico puntero de Quilmes que trabajó para él. Fernández dijo que no seacuerda si utilizó ese número pero dijo que “es posible” que haya hablado con Giancristóforo, ya que “trabajaba políticamente” para él. No opinó sobre los dichos de Salerno.
El teléfono de Giancristóforo está registrado a nombre de la gerenciadora del Renar. Entonces, ese ente también gerenciaba otro organismo: el Registro Nacional de Precursores Químicos (de la Sedronar), que autorizó el ingreso de los casi 50 mil kilos de efedrina que se desviaron al mercado narco.