La ausencia momentánea de Claudio Bonadio al frente de su juzgado no será un impedimento para el avance de la investigación de los cuadernos de las coimas. El expediente seguirá su curso y apuntará a la pronta elevación a juicio oral y público de uno de sus primeros tramos, tal como lo solicitó la Cámara Federal de Apelaciones al expedirse sobre el tema hace poco más de dos semanas.
Esa etapa estará en manos de la fiscalía de Carlos Stornelli, desde donde se trabaja en el tema, y cuando esté cerrada se le solicitará la elevación al juzgado de Bonadio, que entonces deberá correr vista a las partes. Un proceso complejo si se tiene en cuenta la cantidad de partes que intervienen en el caso que sacude tanto a ex funcionarios, con Cristina Kirchner como principal acusada, así como a muchos de los más importantes empresarios de la obra pública. Del primo hermano presidencial Angelo Calcaterra hasta Carlos Wagner, ex titular de la Cámara Argentina de la Construcción, pasando por el financista Ernesto Clarens y el ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, son solo algunos de los nombres involucrados.
Durante la ausencia de Bonadio, quien lo reemplazará será el juez Ariel Lijo. El magistrado salió sorteado por la Cámara luego de que su par Sebastián Casanello saliera elegido y declinara la subrogancia por ya estar reemplazando estos días a María Servini.
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Según pudo saber PERFIL, Lijo estará en permanente contacto con los secretarios de Bonadio y llevará adelante las cuestiones cotidianas que puedan ir surgiendo en los próximos días. Trámites habituales de la causa y sus protagonistas serán parte de las resoluciones, pero no se esperan definiciones ni ningún tipo de medida excepcional.
Fiscal. La elevación de la causa tendrá también un efecto importante en Stornelli, acusado en la causa por presunto espionaje ilegal en Dolores, será una forma de blindar su trabajo.
Mientras espera que se defina dónde debe tramitar el expediente que lo tiene como uno de sus protagonistas, Stornelli continúa en la mira. No solo del juez Alejo Ramos Padilla, que lo declaró en rebeldía tras no presentarse a indagatoria en cuatro oportunidades, sino también en el frente interno que tiene en la Procuración General de la Nación. Allí tiene un sumario y está en manos de un consejo evaluador. Por eso, en medio de ese frente interno, poder elevar el primer tramo del expediente que estalló mediáticamente el 1 de agosto se vuelve un aspecto clave.
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Precisamente con vistas a la elevación a juicio, hace un par de semanas, Stornelli buscó y consiguió apoyos por parte de la Procuración.
“La magnitud, entidad y características de la maniobra investigada (en la causa Cuadernos), el volumen de las actuaciones principales y de la documentación referida al objeto procesal, la utilización de novedosas herramientas de investigación y el compromiso y esfuerzo personal que importa este proceso son elementos a considerar para dar respuesta favorable al requerimiento de colaboración frente a lo que está por venir”, sostuvo Germán Moldes, fiscal de Cámara y superior de Stornelli, cuando elevó el pedido de colaboración a la Procuración. Desde allí, poco después, salió el visto bueno para completar el equipo.
Yodo con vistas a un juicio que no comenzaría este 2019, pero al que por lo menos buscan sortearle tribunal en el próximo tiempo.