Plano corto, la cara lavada y los ojos bien abiertos. Hay que transmitir una demanda y el rostro de Ricardo Darín es de pocos amigos. ¿El mensaje?, concreto y dirigido: “Pedile al Gobierno que no construya más usinas de carbón para producir energía eléctrica”. La gente de Greenpeace seguramente lo tuvo claro: entre tantos actores, nadie mejor que Darín para dar un mensaje creíble.
Faltan unos minutos para las cinco de la tarde del jueves. Hace instantes, se acaba de presentar el comercial que se pondrá al aire a partir del próximo lunes 7 de febrero, el cual forma parte de la campaña que la ONG promueve contra el uso de carbón como fuente energética.
La publicidad dura treinta segundos y fue dirigida por Juan Taratuto. Allí se explica que las usinas de carbón para la generación de energía eléctrica son unas de las principales responsables del cambio climático, y que entre sus consecuencias directas el derretimiento de los glaciares no es menor. “El cambio climático es el mayor desafío que hoy enfrenta la humanidad, los glaciares ya se están derritiendo y nuestra obligación moral como seres humanos comprometidos con el futuro es hacer todo lo que esté en nuestras manos para revertir esta tendencia”, explica Darín.
Hay credibilidad en Darín. Pero también frontalidad: “No tengo miedo de recibir ataques por parte del Gobierno, el mensaje no es en un tono agresivo. Me parece que, al contrario, invita a la reflexión”, dice. Y entonces, explicará que aquello de mirar directo al receptor no es algo que pasa sólo en el comercial: “Conozco a algunas personas del Gobierno, las he mirado cara a cara, y me han mirado cara a cara a mí. Si algún día me tengo que topar con la triste noticia de que alguna de esas personas ahora piensa que soy un tremendo hijo de puta porque reclamo algo para todos, me gustaría que me lo digan en la cara. No creo que pase”.
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