Ríos de gente fluyendo hacia la Plaza de Mayo para conmemorar la “década ganada” del kirchnerismo son la esperanza de la Presidenta, Cristina Fernández, para recuperar la calle, en medio de denuncias de corrupción que salpican a su gobierno y calan hondo en la opinión pública.
Con el apoyo de los intendentes y los gobernadores K, la Casa Rosada buscará revivir la fiesta del Bicentenario de 2010: estiman una convocatoria de medio millón de personas que, además de disfrutar de los recitales de Silvio Rodríguez y Fito Páez, escucharán a la jefa de Estado cerca de las 19. Al igual que en 2010, la percepción de la gente sobre la gestión del Ejecutivo es, ahora, esencialmente negativa.
El Cristinazo, como lo apodan algunos, tiene doble objetivo: demostrar que son más los que respaldan al kirchnerismo que los que “cacerolean”, y darle el puntapié inicial a la campaña electoral. En un mes, el Frente para la Victoria deberá presentar las listas con los candidatos.
Ayer, en los pasillos de la Casa Rosada circulaba, otra vez, el nombre de Alicia Kirchner para encabezar la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires –pese a que no mide bien en las encuestas–, y preocupaba la dirección que tomaría Sergio Massa, el intendente de Tigre, que, si se postulara en contra del Gobierno, es casi un hecho que ganaría.
Sin embargo, el oficialismo está esperanzado en que el jefe comunal no compita ni apoye a ninguna lista opositora. Se basan en que el peronismo disidente está desgastado y que una derrota a manos del kirchnerismo podría arruinarle sus ambiciones presidenciales para 2015. Neutralizarlo es la mayor aspiración K. Hoy, de hecho, el oficialismo descansa en la oposición. Ningún dirigente pudo canalizar la famosa marcha del 18 de abril. La mitad rechaza la gestión de CFK, pero esa mitad está atomizada porque los que la integran votarían a diferentes oponentes, y eso el Gobierno lo sabe.
Para llenar la plaza, el Gobierno cuenta con el aparato del Conurbano y del interior del país. Los intendentes le garantizaron al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, entre veinte y cincuenta colectivos cada uno. A cada militante se le entregará una vianda para mitigar las horas de espera. También movilizarán la Corriente Nacional y Popular, el Movimiento Evita, La Cámpora, Kolina y otras organizaciones transversales que apoyan el proyecto K.
El escenario para el espectáculo fue montado sobre la Casa Rosada. A los costados estarán los palcos que ocuparán los invitados, entre ellos, gobernadores peronistas como Daniel Scioli (Buenos Aires), que a pesar de todo confirmó su asistencia.
La gente se concentrará desde las 16. Habrá varios números artísticos hasta las 19, horario en que, se calcula, hablará la Presidenta. Lo hará, según coinciden fuentes K, con un tono conciliador, repasando los logros de la famosa “década ganada”. Hay quienes dicen que podría haber algún anuncio. Si todo sale como lo tiene planeado, CFK dirá luego que multitudes que se movilizaron espontáneamente salieron a festejar.