Con una sonrisa inalterable, pese a la compleja situación procesal que enfrenta por el caso Ciccone, el vicepresidente Amado Boudou estuvo hoy por primera vez cara a cara con el juez federal Ariel Lijo, quien lo investiga por presuntas negociaciones incompatibles con la función pública y tráfico de influencias para la adquisición de la ex imprenta Ciccone Calcográfica por la empresa The Old Found luego de que la AFIP solicitara su quiebra.
El vice -defendido por algunos funcionarios oficialistas, que lo catalogaron como una víctima del "linchamiento mediático- se convirtió en un improvisado socorrista al auxiliar a una joven que se cayó en las escalinatas de la sede tribunalicia por el tumulto que provocó su salida del edificio.
Boudou llegó a las 11.15 a Comodoro Py con sus abogados, Diego Pirota y Eduardo Durañona, y su custodia oficial, y se dirigieron al tercer piso del edificio, para entrevistarse con el juez Lijo. Para su sorpresa, el magistrado se enteró por los medios de comunicación de la llegada del exministro, que lo esperaba en Mesa de Entradas.
Qué dijo. Sólo quince minutos duró la reunión que mantuvo el vicepresidente Boudou junto al juez Lijo.
El funcionario presentó dos escritos. Uno en el que sus abogados, Diego Pirota y Eduardo Durañona detallan explicaciones sobre su actuación para levantar la quiebra de la ex imprenta Ciccone Calcográfica y el segundo, en el que objeta el dictamen del fiscal Jorge Di Lelo quien requirió el jueves pasado la indagatoria del vicepresidente y del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.
Los abogados del vicepresidente plantearon a Lijo la “indefensión de su defendido dentro del proceso en función de las decisiones que tomaron los magistrados intervinientes durante los últimos meses, pero sobre todo merced al dictamen presentado por parte del representante del Ministerio Público Fiscal de Instrucción…el que presenta serias inconsistencias con la opinión del representante del mismo Ministerio Público Fiscal ante la Cámara de Casación Penal, así como con los dictámenes acompañados en el mismo proceso”.
Con duras críticas, la defensa del funcionario explicó que “corresponde al Ministerio Público 'velar por la observancia de la Constitución Nacional y las leyes de la República y velar por el efectivo cumplimiento del debido proceso legal' e incluso solicita al juez se verifique la “legitimidad y actuación del fiscal”.
Para los abogados, llama la atención “que para justificar las medidas propuestas, el fiscal ha utilizado como directriz las palabras del dictamen del Fiscal de Casación respecto del cual formula citas textuales en algunos extractos". "Desde nuestra perspectiva esos fragmentos fueron utilizados para justificar un dictamen absolutamente contradictorio con el del Fiscal de Casación”, prosiguieron.
La defensa de Boudou retruca al fiscal y plantea una contradicción “grave” sobre las hipótesis delictivas del fiscal Di Lello ya que se componen de dos supuestas maniobras delictivas. Por un lado, “ la influencia, o negociaciones incompatibles con el cargo, a fin de favorecer a la empresa Ciccone Calcográfica S.A. (actualmente, Compañía de Valores Sudamericana) en el trámite para el levantamiento de la quiebra que pesaba sobre ésta.
La incongruencia que atentaría contra Boudou se sustentaría en que “desde la perspectiva del derecho de defensa, el Fiscal de Instrucción amplió el ius puniendi, porque está pretendiendo aplicar una interpretación más abarcativa de casos típicos, a punto de alterar las reglas de la autoría penal”, explicaron los abogados en su escrito de once fojas.
“Esta situación, la de omitir el análisis de la hipótesis delictiva a la luz del tipo penal de lavado de activos, resulta autocontradictoria con las propias afirmaciones del señor Fiscal cuando promovió la recepción de más declaraciones testimoniales en relación al dinero invertido en el levantamiento de la quiebra”, insistieron.
“Mi presentación en la causa la realizo como un ciudadano más que busca el esclarecimiento de un hecho por el que ha sido denunciado, y que en este caso por las relevantes funciones que desempeño, requieren una adecuada y exhaustiva respuesta que pudiera servir no sólo para la causa, sino también para la sociedad como lo ha entendido la Cámara, pues la sociedad tiene puesta su atención por la gravedad de las imputaciones”, apuntó Boudou.
“Me despojo de privilegios, tan sólo como un ciudadano más, que desea contar su verdad; la verdad real”, sostuvo.
El funcionario le explicó al juez que “de ninguna manera venía con la finalidad de generarle presión sino que quería dejar en claro que se encuentra a disposición de la justicia”, según dejaron trascender fuentes judiciales a Perfil.com
Por su parte, Lijo hizo que Boudou firmara un acta a través de la cual notificó al vice de todos los cargos en su contra incluso aquellos que le fueron imputados en los inicios de la causa por el apartado fiscal, Carlos Rívolo.
La indagatoria solicitada por el fiscal federal Di Lello, sería avalada por el juez pero se llevaría a cabo a finales del año 2014 una vez que se tomen todas las declaraciones fijadas de manera previa, se reciban los resultados de las pericias solicitadas y se concreten una serie de pruebas que impulsa Lijo, explicaron.
En uno de sus escritos, el funcionario aseguró: "No emití opinión ni dictamen alguno, tanto respecto al levantamiento de la quiebra de Ciccone, como a la quita de intereses y plan de facilidades de pago solicitado por la fallida".
Según Boudou, el salvataje de la exCiccone "fue producto de una decisión judicial" así como "de las facultades discrecionales que posee el Administrador Federal de Ingresos Públicos". Con ello, el segundo al mando del Poder Ejecutivo destinó culpas hacia Ricardo Echegaray, quien lo había consultado en octubre de 2010 vía nota de AFIP por el caso de la imprenta.
"Ningún delito pudo haberse cometido cuando los hechos investigados fueron llevados a cabo dentro del ámbito de lo permitido y conforme los procesos indicados para cada caso",conjeturó Boudou.
No, nada, nadie, nunca. Además, el vicepresidente desmintió haberse reunido con los Ciccone, familiares ni allegados: "Jamás me reuní (...), no tomé ningún café con ellos, ni compartí un almuerzo, ni jamás me relacioné con ellos de manera personal; y mucho menos intervine en sus negocios o en sus necesidades de índole comercial y/o financiera".
"No participé de ninguna reunión en TELEFE, ni en ningún otro lugar con los señores Reinwick y Ciccone", así como tampoco "les indiqué que hablaran con nadie en mi nombre, ni que ninguna persona me representaría en alguna gestión", prosiguió.
"Este intento por relacionar al suscripto con algunos de los personajes que habrían participado en la gestión para el saneamiento de la ex Ciccone Calcográfica, no es el primero; y como las otras falsedades que se han divulgado, carece de sustento probatorio alguno", añadió, al tiempo que se mostró molesto por lo que llamó "transcendidos periodísticos" en medios de comunicación y "la sorpresiva aparición de operaciones".
Además, descartó la información publicada por el diario Clarín sobre un encuentro suyo con Alejandro Vandenbroele, titular de The Old Fund, la empresa que se quedó con la ex Ciccone, al sostener que "jamás existió un encuentro con el señor Vandenbroele", y remató: "Sr. Juez, no he conocido al Dr. Vandenbroele hasta la actualidad".
El vicepresidente sólo admitió "la relación existente" entre su amigo José María Núñez Carmona y Vandenbroele, pero sostuvo que "el hecho de que ellos tengan una relación no implica que esa relación se 'deba' trasladar al suscripto".
En cuanto a su piso en una torre de Puerto Madero, sostuvo que el inmueble "fue puesto en alquiler" a principios de 2010 cuando Núñez Carmona "me comenta que existía un interesado en alquilar, no residía en Buenos Aires y detentaba una relación desde la infancia con un amigo del propio Núñez Carmona".
"Dada la relación de amistad que, como bien sabe el Señor Juez, me une con Núñez Carmona desde hace largo tiempo, solicité al nombrado que realice todas las gestiones para concretar aquella operación; sin inmiscuirme demasiado en los detalles de la operación, tan sólo limitándome a rubricar el contrato", consignó.
Sobre los comprobantes de servicios a nombre de Vandenbroele en su inmueble, expuso que "desconozco qué hizo el inquilino del departamento, o cualquier persona a quien éste pudiera haberle solicitado alguna gestión para la contratación de servicios".
Hacia el final, el exministro de Economía le pidió al juez Lijo que "considere y haga uso de mi entera disposición, a fin de contestar todas las cuestiones sobre las cuales tanto a esta Magistratura, como al Ministerio Público, me requieran". Y remató con un pedido: "En el momento oportuno, dicte mi sobreseimiento".
Al rescate. Según consigna la agencia DyN, tras la reunión, Boudou bajó al hall de la sede de Comodoro Py, donde le relató a los medios los motivos de su presentación, y al retirarse -sin contestar preguntas- fue protagonista de un incidente inesperado.
Al salir, Boudou era seguido por camarógrafos, periodistas y custodios. En medio de forcejeos por el tumulto, una joven que subía las escaleras del edificio cayó al piso. Boudou, en plena lluvia, se acercó a la mujer, la levantó y la ayudó a ingresar al edificio para sentarse en un banco. "Por favor, hagan lugar para que haya aire", pedía Boudou, que se quedó con la mujer hasta que llegó un médico para revisarla.